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poder y comunicacion

Peña Nieto y el magnate Slim, envueltos en una guerra entre medios en México

The New York Times destrozó al presidente por el gasto en pauta oficial. Los diarios afines al gobierno ven detrás la mano del empresario, mayor accionista del periódico.

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Enrique y Carlos. Su relación se tensó en 2012, cuando el gobierno del PRI favoreció legalmente a Televisa, competidora de Slim. | DPA
The New York Times le arruinó la Navidad a Enrique Peña Nieto. Apenas pasada la Nochebuena, el diario estadounidense publicó en su tapa una extensa investigación en la que acusó al gobierno mexicano de controlar a los medios de comunicación de su país mediante un gasto multimillonario en pauta oficial. Los supuestos beneficiarios del derroche reaccionaron acusando al NYT de operar con mala fe y con objetivos políticos. Los medios afines al gobierno y sus voceros oficiosos deslizan que, detrás de las críticas a EPN, se esconde la mano del magnate Carlos Slim, mayor accionista del periódico estadounidense.
“A pesar de su promesa de regular la publicidad gubernamental, Peña Nieto ha gastado más dinero en publicidad que ningún otro presidente en la historia de México: casi 2 mil millones de dólares en los últimos cinco años”, afirmó el artículo del NYT, y mencionó entre los diarios “adictos” a la publicidad oficial a El Universal, Excélsior, Milenio y La Jornada. Todos ellos se beneficiarían del uso discrecional de la pauta para “controlar” y “censurar” a la prensa.

La respuesta más contundente llegó de parte de El Universal, propiedad de la tradicional familia Ealy Ortiz, que contestó en un duro editorial: “Con esta cobertura parcial, el NYT es utilizado por personas que tienen intereses políticos y en algunos casos vendettas personales, o envidias. ¿Se preguntará el NYT a qué intereses está sirviendo al publicar opiniones interesadas y malintencionadas proporcionadas por algunas de sus fuentes?”. La Jornada –que, curiosamente, es uno de los pocos medios impresos que aún da espacio a periodistas críticos de EPN– también echó suspicacias sobre el asunto: “¿De quién es la mano que mece la cuna del NYT?

En simultáneo, voceros gubernamentales dejaron trascender en la prensa mexicana que Slim estaría detrás de la virulencia del NYT. El diario estadounidense lleva varios meses publicando reportajes y artículos de opinión incómodos para el gobierno de EPN. Aunque anunció que venderá la mitad de sus acciones, Slim tiene hoy el 17% de los títulos de propiedad del NYT, lo que lo ubica como su principal accionista.
Cada vez que le preguntan, el magnate mexicano insiste en que él no tiene ni la más mínima injerencia periodística sobre el diario. Pero las suspicacias persisten, sobre todo porque Slim tiene buenos motivos para guardarle rencor a EPN.

Las desavenencias empezaron luego de la campaña presidencial de 2012, cuando Slim, dueño de Telcel y otros consorcios, percibió que la reforma en las telecomunicaciones impulsada por el gobierno lo perjudicaba frente a su competidora Televisa.

Por supuesto, desde las filas del NYT rechazan las teorías conspirativas y afirman que la investigación sobre la pauta oficial no fue más que un ejemplo de buen periodismo. “Cuando un diario con el prestigio del NYT decide concentrar el esfuerzo y talento de un corresponsal en largos reportajes investigativos, es difícil esperar que no traiga consigo revelaciones o denuncias”, sostuvo días atrás Jorge Castañeda, ex canciller mexicano, actual editorialista del NYT y acérrimo crítico de EPN. Por cierto, tampoco faltó quien lo acusara de haber azuzado los embates del diario estadounidense contra Peña Nieto.