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Made in Texas

Publican en Internet las últimas palabras de condenados a muerte

La provincia del presidente George Bush difundio on line una página en la que transcribe las quejas, peticiones de clemencia y de perdón. Desde 1982 fueron ejecutados 376 presos.

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Por estos días la tecnología pone a nuestro alcance variadas cosas. El Departamento de Justicia del Estado de Texas subió a su página de Internet (www.tdcj.state.tx.us) las últimas palabras pronunciadas por los presos que son ejecutados bajo la sentencia de pena de muerte.

En sus “discursos” los reos se quejan, piden clemencia a las autoridades, perdón a sus familias o niegan ser los autores de los delitos que se les imputan. El último de los presos fue ejecutado hace apenas nueve días, el 12 de este mes.

Se trata de Farley Matchett, de 43 años y de raza negra, quien estaba preso desde los 29 años acusado de robo y asesinato. Algunas de sus últimas palabras fueron: “Para mi familia, mi madre y mis tres preciosas hijas: os quiero a todos”, tras lo cual les dijo a sus hermanos que permanezcan “fuertes” porque él se iba “a un lugar mejor”.

Anteriormente, el pasado 31 de agosto, fue ejecutado Derrick Frazier, de 29 años, también de raza negra y estaba preso desde hacía nueve años por un asesinato. Sus últimas frases fueron dedicadas a su mujer y a sus hijos, pero además clamó su inocencia y dijo que fue castigado pro un crimen que no cometió.

Entre los ejecutados en los últimos diez años, aparece la mujer Karla Tucker, de 39 años, raza blanca e imputada por asesinato. Estuvo presa desde los 23 años y su ejecución se produjo el 3 de febrero de 1998. “Voy a ver a Jesús cara a cara ahora mismo”, reveló en su despedida y también le pidió perdón a los familiares de la víctima: “Espero que Dios os traiga paz con esto”.

La totalidad de presos que ofrecieron su testimonio antes de morir suma 376 desde 1982 mientras que 127 de ellos fueron ejecutados durante el período en el cual el actual presidente estadounidense, George W. Bush, era el gobernador de Texas (1995-2000).

Para destacar, los presos no pueden insultar ni invocar en vano el nombre de Dios cuando están a punto de ser inyectados con la droga letal. Cuando  “se exceden” en sus palabras, el registro del penal las borra porque es legal matar en nombre del Estado, pero blasfemar, no...