Rodrigo Rato, símbolo de la herencia envenenada que dejó el ‘milagro español’

Dicen que cuando uno es privado de su libertad aprende a valorar ese bien tan preciado. Rodrigo Rato, ex director gerente del FMI y ex ministro español de Economía, fue detenido por algunas horas, este jueves, acusado de fraude fiscal, blanqueo de capitales y enriquecimiento ilícito. Ahora hay que ver cuánto recapacitó.
Ya en libertad, el ex vicepresidente del gobierno del PP en la etapa de José María Aznar volvió a su despacho profesional para supervisar las actuaciones de los agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera, un organismo adscripto a la Agencia Tributaria. Con traje y corbata, Rato evitó responder las preguntas de los periodistas que lo esperaban en la entrada del semisótano del barrio madrileño de Salamanca. Les recordó a los cronistas que “el caso sigue bajo secreto de sumario”.
La oposición no pasa por alto este escándalo que involucra al partido gobernante, a poco más de un mes para las elecciones regionales y municipales, y lo ataca con todo. Por su parte, ayer, la Fiscalía de Madrid ordenó a las entidades financieras de España que bloqueen las cuentas y productos financieros a nombre del ex presidente de Bankia. Además, se llevaron adelante inspecciones de su vivienda y su despacho profesional en el centro de Madrid, donde, según fuentes consultadas, se encontraron algunas pistas.

Delitos. Entre las diversas causas por las que Rato es investigado se destacan unos supuestos delitos detectados por el fisco español cuando Rato obtuvo en 2012 una amnistía fiscal aprobada por el gobierno del PP, partido al que perteneció durante tres décadas y media, hasta que en octubre pasado suspendió su militancia en el marco de varios procesos judiciales en los que se ha visto inmerso por la gestión de las entidades Caja Madrid y Bankia.
“La solución para salir adelante es posible, y el Partido Popular bien sabe cómo hacerlo. Gran artífice del milagro económico español en los ocho años de gobierno de Aznar, nadie duda de que Rodrigo Rato Figaredo constituye la prueba de que en economía es posible dar vuelta la peor de las situaciones”. Así lo presentaba la periodista Carmen Gurruchaga tras el triunfo del PP en 2011. Es que Rato hasta hace muy poco tiempo era considerado el gran campeón de la economía española de la última década. Pero ahora la fábula se dio vuelta y se convirtió en un símbolo de la vergüenza española. Algunos analistas, por su parte, lo consideran un chivo expiatorio del derrumbe y el rescate del sistema de las cajas de ahorro, gobernadas con tanta incompetencia por los últimos gobiernos.