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Sánchez juró en España una presidencia de difíciles retos

El líder socialista no cuenta con mayoría para afrontar el conflicto en Cataluña y la profunda crisis política. Convocaría a elecciones.

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Inedito. Es la primera vez en España que un presidente no jura sobre la Biblia y frente al crucifijo. | afp y ap

Pedro Sánchez asumió ayer la presidencia de España, tras jurar frente al rey Felipe VI y prometer “guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado”, en una fórmula protocolar que adelanta cuáles serán los límites en el diálogo que entablará con Cataluña. Su gobierno enfrentará diversos retos políticos, entre ellos el desafío independentista de esa región, la gestión de una economía en alza y la inestabilidad política de un gobierno minoritario, que llega al poder sin haber ganado elecciones. Si bien su mandato concluirá en junio de 2020, podría convocar antes a elecciones.
El líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) fue el primer mandatario en jurar sin la Biblia y el crucifijo desde la transición democrática. “Prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente del gobierno con lealtad al rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado”, afirmó en el Palacio de la Zarzuela, ante la mirada del monarca y de su antecesor, Mariano Rajoy.
El presidente designará en los próximos días a los miembros de su gabinete, que asumirán sus funciones después que sus nombres sean publicados en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Se estima que será un elenco paritario, integrado por socialistas, figuras independientes y un ministro catalán.

Desafíos. Sánchez solo tendrá 84 diputados en el Congreso –de un total de 350 parlamentarios–, lo que lo obligará a negociar todos los proyectos de ley con la oposición. “Su reto es mantener una línea de gobierno y un programa estable intentando contentar a socios con muy diversos intereses”, explicó a PERFIL una alta fuente diplomática española, en referencia a la heterogénea coalición que apoyó la moción de censura a Rajoy: Unidos Podemos, los independentistas catalanes y los nacionalistas vascos.
Pablo Iglesias, que lidera un bloque de 67 bancas, pidió un gobierno de coalición, pero Sánchez preferiría gobernar en solitario e impulsar propuestas respaldadas por la izquierda, como la universalización de la asistencia sanitaria y el desbloqueo de las autoridades de RTVE, la radio y televisión públicas. Si no logra la cooperación de Podemos, el presidente podría caer de un momento a otro.
“Mi gobierno será socialista, paritario, europeísta, garante de la estabilidad presupuestaria, cumplidor en consecuencia de sus deberes europeos; un gobierno que cumplirá y hará cumplir la Constitución”, adelantó en la moción de censura que removió a Rajoy.
 
Cataluña. Su capacidad para gestionar el conflicto con la Generalitat marcará su mandato. “Este gobierno quiere que Cataluña esté en España, y escuchará a Cataluña”, prometió ayer. Sin embargo, en los oídos de los independentistas aún resuenan sus críticas al flamante president, Quim Torra, al que calificó recientemente como “un racista”. Sánchez llegó al poder con los votos de PdeCat, la agrupación de Carles Puigdemont, y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), artífices de la declaración unilateral de independencia de octubre pasado, lo que aumentará las tensiones a la hora de dialogar con Torra.

Políticas. Si bien prometió que respetará la ley de presupuesto impulsada por el Partido Popular, Sánchez promoverá la derogación de artículos de la llamada ley mordaza, que recurrió ante el Tribunal Constitucional (TC). Además, anunciará un proyecto para promover las becas educativas y buscará derogar el llamado impuesto al sol, que grava a aquellos que instalaron en sus casas paneles solares. El líder socialista también impulsará una agenda feminista, conformada por proyectos para garantizar la igualdad salarial entre hombres y mujeres.

Opinión pública. Según El Mundo, Sánchez convocará a elecciones antes de las municipales y autonómicas de mayo de 2019. Su apuesta apunta a aprovechar los meses en el poder para cimentar su liderazgo y crecer en las encuestas, que hoy lo colocan en la tercera posición, cinco puntos debajo de Ciudadanos y a uno del Partido Popular.

Nadal quiere votar otra vez
Rafael Nadal, número 1 del tenis mundial, consideró ayer que la situación política en España “no es buena para nadie” y estimó que lo más conveniente serían unas nuevas elecciones. “Cuando ocurren tantas cosas, lo de Cataluña, ahora un cambio de gobierno, pues la confianza del ciudadano, y la imagen de país que vendemos en el mundo, no es la mejor”, afirmó tras derrotar en Roland Garros al francés Richard Gasquet.
“No sé cómo van a gobernar los que llegan, con qué mayoría, o qué cosas pueden hacer. A mi modo de entender, y no quiero ser imprudente, lo mejor sería volver a votar. A mí me gustaría. Con todas las cosas que han ocurrido, que no son pocas en estos dos años, al ciudadano lo que le gustaría es poder volver a votar”, aseguró en conferencia de prensa.
“Al día de hoy, no creo que nadie que pudiera gobernar haría que los ciudadanos que hemos votado pudiéramos sentirnos plenamente representados”, concluyó el deportista.