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Sangriento ataque yihadista en Kenia

Cuatro terroristas de una milicia somalí afiliada a Al Qaeda atacaron el campus de una universidad y asesinaron a 142 estudiantes y seis guardias. Amenazaron con más ataques.

Horror. Uno de los heridos es evacuado. A la derecha, una mujer desesperada reclama informaciones sobre un familiar.
| AFP
AFP
Nairobi
Kenia amaneció ayer horrorizada tras el ataque de un grupo yihadista somalí a una universidad en el que murieron 148 personas, en medio de escenas de una crueldad inaudita. Familiares de los estudiantes intentaban ayer obtener información sobre sus seres queridos, mientras se conocían nuevos detalles sobre lo ocurrido el jueves.
En total, murieron 142 estudiantes, tres policías y tres militares, informó ayer el ministro keniata de Interior, Joseph Nkaissery, que prometió que el país no se dejará “intimidar por los terroristas” y que será capaz de “ganar esa guerra”.
El ataque fue perpetrado por los shebab, una milicia vinculada a Al Qaeda, que en la madrugada del jueves asaltó el campus de la universidad de Garissa, a 150 kilómetros de la frontera somalí, donde estudian cientos de jóvenes de distintas regiones.
El asalto, que derivó en una feroz toma de rehenes, duró hasta la noche, cuando las fuerzas gubernamentales abatieron a los cuatro asaltantes.
“Para nosotros, va a ser como unas vacaciones de Pascua”, gritaban los yihadistas somalíes burlándose de las víctimas antes de abrir fuego. Los terroristas despertaron a los estudiantes y separaron a los musulmanes de los demás en función de la ropa que llevaban puesta. Antes de ejecutar a sangre fría a sus víctimas, se divertían, contó Salias Omosa, un sobreviviente.
Una de las primeras cosas que hicieron los atacantes, dijo otra estudiante, fue dirigirse a una sala de conferencias donde los cristianos realizaban un rezo matinal.
“Investigaron nuestra zona. Lo sabían todo”, dijo.
Algunos estudiantes se untaron con sangre de sus amigos ejecutados para hacerse pasar por muertos, mientras los islamistas iban de habitación en habitación en busca de nuevas víctimas.
“No tememos la muerte, para nosotros va a ser como unas vacaciones de Pascua”, gritaban en swahili antes de disparar, explicó el joven traumatizado en un campamento militar cercano a la universidad. Los atacantes shebab, afiliados a Al Qaeda, iban vestidos con ropa militar.
“He visto muchas cosas, pero nada como esto”, afirma Reuben Nyaora, un enfermero que trabaja para la ONG International Rescue Committee (IRC). “Había cuerpos por todas partes que habían sido ejecutados en hilera, vimos a personas a las que les hicieron saltar las cabezas, con heridas de bala, todo ello en medio de un desorden espantoso”.
Ayer, centenares de supervivientes y familiares se agolpaban ante las rejas de la universidad, acordonada por las fuerzas de seguridad.