Las sospechas de corrupción contra el presidente de Brasil, Michel Temer, y la creciente presión por su renuncia desataron incontables conjeturas respecto a su posible sucesor en caso de que finalmente deje el poder. En esas quinielas, todos miran cuál será la posición del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aún aliado del mandatario pero cada vez más proclive a abandonar su base aliada y forzar las elecciones indirectas. En ese caso, el partido ya tiene dos nombres para completar el actual mandato: el senador Tasso Jereissati y el ex presidente Fernando Henrique Cardoso.
Según publicó ayer O Globo, ambos participaron de un cónclave a puertas cerradas, junto a Geraldo Alckmin, gobernador de San Pablo, y Joao Doria, alcalde de la capital de ese estado. Tras ese encuentro, Alckmin afirmó que, si Temer renuncia, “los grandes nombres” para sucederlo “son Fernando Henrique Cardoso y Tasso Jereissati”. El ex mandatario tiene 85 años pero continúa involucrado en la política brasileña, mientras que el senador, con cuatro décadas en la Cámara alta, es el actual presidente del partido.
“Temer perdió las condiciones mínimas para gobernar y debemos buscar una transición equilibrada”, afirmó ayer el diputado tucano Carlos Sampaio. Según la Constitución, transcurrida más de la mitad del mandato de cuatro años que estrenó en 2015 Dilma Rousseff, una ausencia del mandatario y de su vice llevará a una elección parlamentaria indirecta para designar a su sucesor. Ese proceso lo convocaría el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, en un plazo de treinta días. El elegido completaría el período, que concluirá el 1º de enero de 2019.
“Las condiciones políticas para el ejercicio del mandato se deterioraron. El fin del gobierno acontecerá a la brevedad”, afirmó a PERFIL el sociólogo Fernando Lima Neto, de la PUC de Río de Janeiro.
Otro de los nombres en danza es el del jurista Nelson Jobim, del oficialista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB). Consultado sobre el asunto, el ex ministro de Defensa de Luiz Inácio Lula da Silva y Dilma Rousseff negó su postulación a la Presidencia. El ministro de Hacienda de Temer, Henrique Meirelles, también es visto con buenos ojos por el mercado, ya que garantizaría la continuidad de las reformas económicas implementadas por el gobierno. La corriente de opinión contraria a Temer se profundizó esta semana con una protesta sindical que acabó con graves hechos de violencia en Brasilia y un pedido de juicio político presentado por el influyente Colegio de Abogados.
