Testimonios de horror y pánico entre los asistentes al boliche

Relatos de pánico y caos son los primeros testimonios escuchados por la prensa y por la policía tras el incendio que devastó el club nocturno Kiss en el sur de Brasil en donde murieron al menos 233 personas, en su mayoría jóvenes.

El incendio ocurrió en la madrugada del domingo durante la presentación de una banda local. Autoridades dijeron que en medio de la presentación se lanzaron fuegos artificiales y que una bengala habría pegado en el techo del club, lo que provocó que se quemara el material aislante del local.

La empleada administrativa Michele Pereira, de 34 años, narró que vio el fuego comenzar a partir de que dispararon la bengala. "La banda que estaba en el escenario comenzó a usar bengalas y, de repente, pararon de tocar y apuntaron la bengala para arriba. El techo comenzó a quemarse, primero era débil pero en cuestión de segundos se extendió", recordó Pereira, citada por el diario Folha de Sao Paulo.

El dentista Mateus Vargas, entrevistado por la televisión Band, describió la escena que vivió en la tragedia. "Lo que yo vi en el club fue un horror, cosa de película. Perdí un amigo muy querido en ese accidente". Agregó que "las salidas de emergencia no fueron suficientes para evacuar el local a tiempo. Este club es muy tradicional en Santa María, muy frecuentado por estudiantes de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, por eso había tanta gente joven".

A su vez, Michele Schneid, de 22 años, quien trabajaba como cajera en el club, explicó que se enteró del incendio cuando varias personas comenzaron a gritar "fuego", lo que desató una estampida dentro del local. "Mucha gente corrió para los baños y acabó muriendo asfixiada", recordó la joven.

Una de las asistentes a la fiesta que acabó en tragedia explicó que la gente se desesperó e intentó salir del recinto, pero muchos de ellos cayeron al suelo y fueron pisoteados en medio de la estampida. La chica, que no fue identificada, dijo al Diario de Santa María que ella se salvó por estar cerca de la única puerta de la discoteca.

Uno de los guardias de seguridad de la discoteca, Rodrigo Moura, de 20 años, explicó al mismo diario que se encontraba en el escenario en el momento en que el grupo musical que actuaba disparó una luz de bengala que presuntamente provocó el incendio y que tomó un extintor para contener las llamas pero el artefacto no funcionó.

Otra joven, Luana Santos Silva, de 23 anos, cuenta que el fuego empezó en el techo de la discoteca, junto al escenario. "Fue un amigo el que nos lo mostró; cuando lo vimos, empezamos a salir, la gente empezaba a ser arrastrada en el suelo". Ambas chicas relatan momentos de cuando las personas, al percatarse del fuego en el techo de la discoteca, comenzaron a empujarse para poder salir al exterior.

Un cuerpo de gestión de crisis integrado por médicos y psicólogos fue instalado en el gimnasio donde se llevaron los cuerpos para brindar asistencia a las familias.

Los bomberos y la Policía aún trabajan en los escombros pero para investigar las causas de la tragedia. Según el comandante del Cuerpo de Bomberos de Río Grande do Sul, coronel Guido de Melo, algunos testigos dijeron que los guardias del establecimiento inicialmente cerraron las puertas para impedir la salida de personas sin pagar.

Santa María es una ciudad universitaria con una población de alrededor de 250.000 personas. También es uno de los grandes centros de producción de ganado en Brasil.

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