INTERNACIONAL
Lo acusan de ‘herejias’

Tradicionalistas católicos ya agitan el fantasma del ‘impeachment’ a Francisco

Tras la acusación de errores interpretativos formulada por sectores ultraconservadores sobre una encíclica, hay quienes ven en esto el primer paso hacia su caída del pontificado.

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Serio. El documento con pedido de firmas fue bloqueado en el Vaticano. | AP
Desde Roma
Más allá del terremoto político que desató aquí al anunciar que no vendrá en 2018, como se había especulado, el papa Francisco enfrenta en el Vaticano una auténtica rebelión tradicionalista, que no duda en llamarlo “hereje”, mientras comienzan a elevarse voces que piden su “impeachment”.
Ayer llegó una primera, silenciosa respuesta papal a aquellos que acusan a Francisco de herejía. De tener posiciones demasiado cercanas al protestantismo de Martín Lutero.
A partir de ahora, desde las computadoras del Vaticano no se puede abrir el sitio web www.correctiofilialis.org, que recoge firmas para las acusaciones de herejía respaldadas por 62 supertradicionalistas católicos, entre sacerdotes y estudiosos.
Al tipear la dirección del sitio, aparece el mensaje “El acceso a la página web que estás buscando ha sido bloqueado en acuerdo a las políticas de seguridad institucional”. Desde afuera de la Ciudad del Vaticano las paginas siguen siendo accesibles.

Inédito. Las acusaciones contra el Papa de difundir errores interpretativos de la religión, algo inédito en la milenaria historia de la Iglesia, llegaron bajo la forma de correcciones formales al texto papal Amoris lætitia, llamadas, con no poca hipocresía, “correcciones filiales”. Fueron publicadas el 23 septiembre en simultáneo en sitios web relacionados con el vasto mundo anti-Bergoglio.
En Estados Unidos, las correcciones de siete presuntos errores del Papa salieron en la página de ultraderecha Rorate Cæli; en Italia, en el blog de Sandro Magister (vaticanista del diario Espresso), en Nuova Bussola Quotidiana, de Riccardo Cascioli, y en Corrispondenza Romana, de Roberto De Mattei.
Se acusa a Francisco de haber “sostenido y propagado posiciones, con obras y omisiones, causando gran e inminente peligro para las almas”.
El documento y la lista de quienes lo firman sale en seis idiomas, y las supuestas siete herejías fueron descriptas en latín. Entre las firmas aparece la del banquero Ettore Gotti Tedeschi, ex presidente del Instituto para las Obras Religiosas (Ior) –banco con cuentas misteriosas y clientes más misteriosos aún que las cuentas– que fue expulsado en 2012. Y también la del obispo Bernard Fellay, Superior de la Fraternidad San Pío X.
Los personajes católicos que más se expusieron hasta ahora contra Bergoglio –el obispo auxiliar de Astana, Athanasius Schneider, o los cardenales Raymond Leo Burke y Walter Brand Müller– no firmaron el texto.

‘Impeachment’. Para el diario italiano de derecha Il Giornale, las “correcciones” formuladas a Francisco son un paso hacia “el impeachment del Papa”.
“Si el camino del impeachment es estrecho, la protesta tomó un sendero distinto: cocinar a fuego lento al papa argentino para que sea él mismo quien admita los errores y, tal vez, presente su renuncia”.
Il Giornale recuerda que entre los enemigos de Bergoglio se extiende la costumbre de buscar puntos de referencia teológicos alternativos a Francisco.
“Textos y homilías de Juan Pablo II, Benedicto XVI, teólogos como Carlo Caffarra, se utilizan como si fueran un magisterio alternativo al que anclarse. Se mira hacia los obispos de Africa, no de América Latina, y a la postura rígida de los polacos, que rechazaron en bloque las aperturas contenidas en la exhortación papal Amoris lætitia”, escribe el diario. “En EE.UU. –agrega– todavía se expone la portada del Newsweek de dos años atrás con la pregunta ‘Is the Pope catholic?’, ‘Es el Papa católico?’”.

Más plazas, menos rascacielos
El papa Francisco instó ayer a los alcaldes a apostar más por los lugares públicos en lugar de los edificios de muchos pisos. “No se trata de levantar torres, sino de dar más espacio a las plazas”, dijo el pontífice durante un encuentro con jefes comunales italianos.
Además, propuso oponerse a la “privatización del espacio público” y luchar contra la “ciudad de dos velocidades. En una parte de la autopista, los asegurados circulan a toda velocidad, pero en la otra parte, en las calles estrechas, están los pobres y las personas sin trabajo, las familias con muchos hijos, los inmigrantes, esos que no tienen a nadie. No deberíamos aceptar eso”, dijo Bergoglio a los alcaldes.
Francisco pidió también a los intendentes “familiaridad con su pueblo. Un alcalde debe tener la virtud de la prudencia para gobernar, pero también la virtud de la ternura para acercarse a los más débiles”.