Ankara - El parlamento turco aprobó en la madrugada del jueves una
controvertida enmienda constitucional que legaliza el uso del velo islámico en las
universidades, una medida que divide a Turquía,
un país musulmán pero estrictamente laico.
Al término de una serie de votaciones sobre las enmiendas propuestas, éstas obtuvieron la
mayoría de dos tercios necesaria para modificar la Constitución. El artículo clave del proyecto
declara que
"nadie puede ser privado de su derecho a la educación superior", en alusión a las jóvenes
turcas que utilizan el velo islámico.
El sábado se efectuará una segunda vuelta de votación para finalizar el conjunto de la
revisión propuesta por el movimiento islamista en el poder AKP (Partido de la Justicia y el
Desarrollo) y un partido de la oposición nacionalista MHP (Partido de Acción Nacionalista).
El proyecto suscitó a alarma en los medios laicos del país y en la oposición
socialdemócrata, por considerar que daña a los principios laicos del país y que amenaza
con permitir el acceso de las mujeres con velo al funcionariado y a las escuelas, lo que ahora está
estrictamente prohibido.
Una última advertencia de los sectores laicos turcos fue lanzada el lunes, cuando el
vicepresidente de la Corte de casación, Osmar Sirin, afirmó su intención de interponer un recurso
de aprobarse ese proyecto, en nombre del respeto del principio del laicismo. El primer ministro
Recep Tayyip Erdogan, un ex islamista que se califica hoy como un "conservador demócrata",
considera que el caso es sumamente delicado ya que atañe a las "libertades individuales"; una
posición similar a la de su ex número dos, Abdulá Gul, quien el año pasado llegó a la presidencia
de la República tras una grave crisis institucional. Las esposas e hijas de estos dos políticos
siempre van veladas.
La enmienda aprobada debe aún ser aprobada por el jefe del Estado, pero éste no ha rechazado
aún ninguna de las disposiciones que le han sido sometidas desde su elección en agosto pasado. El
partido de oposición laica CHP (Partido Republicano del Pueblo), que considera que "el proyecto
desafía a la República laica", ha anunciado que lo impugnará ante la Corte constitucional, lo que
podría engendrar una crisis, según los comentaristas.
Si la Corte decide que la medida es contraria al laicismo, "habrá un caos", afirmó
Ismet Berkan en su columna del diario liberal Radikal.
Para todas las formaciones de tendencias laicas,
la adopción de esta medidas corre el riesgo de abrir el paso a una islamización rampante de
la sociedad turca y podrá servir para acentuar la presión religiosa sobre las mujeres que
no usan el velo. Los laicos temen que "la presión del barrio" pueda, a la larga, obligar a todas
las estudiantes a cubrirse, sobre todo en los establecimientos de las ciudades conservadoras de
Anatolia, donde las confrerías religiosas son muy activas.
El sábado anterior, 125.000 manifestantes denunciaron el proyecto en Ankara ante el
mausoleo del fundador de la Turquía laica, Kemal Ataturk.
Otras manifestaciones se llevaron a cabo en todo el país, oficialmente musulmán en un
99%. Los dirigentes universitarios también se oponen a las enmiendas a la Constitución, y
advirtieron que podrían producirse enfrentamientos en las facultades. El jefe de la diplomacia
turca, Alí Babacan, justificó el proyecto como una reforma necesaria en la vía de la adhesión a la
Unión Europea, en nombre de las libertades individuales.