INTERNACIONAL

Un cardenal dimite por abusos sexuales

Francisco. Ayer se expidió sobre el caso del cardenal Keith Patrick O’Brien y la pena de muerte.
| AFP

Agencias
Por primera vez desde 1927, un cardenal perdió todos sus derechos debido a conductas incompatibles con el cargo. El papa Francisco aceptó la dimisión del arzobispo de Edimburgo, Keith Patrick O’Brien, quien fue acusado por abusos sexuales y “comportamientos sexuales inapropiados hacia otros religiosos”.
En un comunicado del Vaticano emitido ayer, se informa que Francisco aceptó la dimisión de O’Brien “a todos los derechos y prerrogativas de los cardenales” y que ésta llega “después de un largo itinerario de oración”.
O’Brien sigue siendo sacerdote y conserva el título de cardenal, pero no tiene más la sustancia de la función en cuanto no participa de ningún encuentro colegiado y no será más consejero del Papa.
Tras surgir algunas denuncias, el 3 de marzo de 2013, pocos días antes de que comenzara el cónclave en el que se eligió a Francisco, O’Brien, pidió perdón al admitir que su conducta sexual estuvo a veces por debajo de los estándares que se esperaban de él “como sacerdote, arzobispo y cardenal”.

Francisco. En una carta entregada ayer al presidente de la Comisión Internacional contra la Pena de Muerte, el Sumo Pontífice aseguró que “la pena de muerte es el fracaso del Estado de derecho”.
El Papa aseguró que “este hecho obliga a matar en nombre de la justicia” pero que “nunca se alcanzará la justicia dando muerte a un ser humano”. Para Francisco, cuando se impone la pena de muerte, “se mata a personas no por agresiones actuales, sino por daños cometidos en el pasado. Se aplica, además, a personas cuya capacidad de dañar no es actual sino que ya ha sido neutralizada, y que se encuentran privadas de su libertad”.
Asimismo, denunció que “esto hoy día es inadmisible, por cuanto grave haya sido el delito del condenado. Es una ofensa a la inviolabilidad de la vida y a la dignidad de la persona humana que contradice el designio de Dios (...)”. “No hace justicia a las víctimas, sino que fomenta la venganza”, señaló. También calificó de tortura y de trato cruel, inhumano y degradante, la espera entre la sentencia y la aplicación de la pena.