Un chorro de agua fría

La Operación Lava Jato cumplió tres años y es el mayor desafío periodístico en la historia reciente de Brasil. En los últimos meses, las noticias políticas giraron en torno a la expectativa de un acuerdo de colaboración premiada con 77 ex directivos de la constructora Odebrecht. Recibió el bautismo de “delación del fin del mundo”, para denotar la extensión de sus potenciales daños entre los frecuentadores de los círculos de poder.

El pasado 14 de marzo, el procurador general de la República, Rodrigo Janot, envió 83 pedidos de indagatoria al Supremo Tribunal Federal. Oficialmente, la Procuraduría informó: “No es posible divulgar detalles sobre los términos de los testimonios enviados al STF porque están bajo secreto de sumario”. La sorpresa llegó al constatar que la cobertura de los principales medios trajo versiones increíblemente armoniosas entre sí. Un jato (chorro) de agua fría para quienes creen en la independencia de la prensa.

De las decenas de personas involucradas en la investigación, sólo se filtraron a la prensa los mismos 16 nombres de políticos. Aparecieron en los noticieros, radios, portales y en las páginas de Folha y sus competidores O Estado de S. Paulo, O Globo y Valor. ¿Por qué tanta coincidencia? Esta ombudsman supo que la divulgación de la lista de Janot se dio por medio de lo que, en el mundo periodístico, se convino en llamar “entrevista colectiva en off”.

En general, la información en off no viene acompañada por la formalidad de una entrevista colectiva, para la cual los periodistas son convocados protocolarmente a escuchar a una autoridad. Después de recibir la garantía de que no serían identificados, representantes del Ministerio Público se reunieron con periodistas para pasarles datos sobre los pedidos de indagatoria, bajo secreto, basados en las delaciones de Odebrecht.

¿Cuál es el sentido de divulgar sólo los nombres de algunos involucrados? ¿Cuál es la estrategia de los fiscales al difundir unos y omitir otros? Para el lector, esto resulta en una historia contada por la mitad. La información en cuentagotas atenta contra un entendimiento global y genera sospechas de manipulación. El resultado de este tipo de acuerdo subrepticio es que el periodista se somete a criterios opacos de la fuente. El periodista acepta dejar de hacer preguntas en un determinado momento. Y todo eso deriva en una desalentadora unidad narrativa periodística, que exhala un tono oficial.

*Defensora de los lectores del diario brasileño Folha.