El "pitoniso", de 720 kilos, sigue los pasos del pulpo Paul y dicen que "ya tuvo
aciertos".
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EFE
La exitosa performance de
Paul, el pulpo que durante el Mundial
predijo los ganadores de cada partido -
incluido
el campeón, España -
habilitó la posibilidad de que otros animales, en otras latitudes,
jueguen a ser oráculos.
En Darwin, al norte Australia, a un cocodrillo llamado Harry lo obligaron a elegir entre los
candidatos para las elecciones del próximo sábado en su país. Frente al réptil, pusieron dos
esqueletos de pollo, uno con la fotografía de la primera ministra actual Julia Gillard y otra con
la del conservador Tonny Abbott. ¿La elección?
Después de mostrar cierto desinterés, el gigantesco animal -720 kilos de peso, 5 metros de
largo- se inclinó por la candidata laborista, Gillard. Claro que ésta no es la primera vez que
Harry predice el futuro: hace mes, en pleno Mundial, coincidió con Paul al elegir a España como
ganador.
