La tripulación de un crucero de lujo francés se encontraba retenida hoy por unos piratas que
asaltaron la embarcación
en una zona conocida por su peligrosidad, frente a las costas de Somalia.
El
crucero
Le Ponant, que navegaba con una treintena de tripulantes a bordo y sin pasajeros,
"fue víctima de un acto de piratería al comenzar la tarde, cuando navegaba entre Somalia y Yemen",
declaró en París el capitán de navío Christophe Prazuck, portavoz del Estado Mayor. "Por lo que
sabemos, no se produjo ningún disparo" durante el asalto, explicó Prazuck.
El armador del barco, la compañía CMA-CGM, indicó que los miembros de la tripulación son en
"su mayoría franceses" y que el navío fue apresado a la altura del Golfo de Adén, cuando se dirigía
hacia el Mediterráneo procedente de las islas Seychelles.
El gobierno francés activó su "Plan Pirata-Mar", que consiste en la "movilización de todos
los medios disponibles en la zona", y anunció que se pondrá "en contacto" con sus "aliados" en la
región. El primer ministro francés, François Fillon, expresó su deseo de que los tripulantes sean
liberados "lo más rápidamente posible".
Según el Estado Mayor, Francia cuenta con una presencia militar en esa zona, donde también
está desplegada la Task Force 150, una fuerza marítima multinacional lanzada bajo el mando
estadounidense y enmarcada en la lucha antiterrorista. La marina francesa dispone igualmente de un
avión de patrulla Atlantique 2, basado en Yibuti.
Le Ponant es un crucero de lujo de 88 metros de eslora, con una capacidad para 64
pasajeros. Tenía previsto realizar un crucero a finales de abril entre Alejandría (Egipto) y La
Valeta (Malta), según la CMA-CGM, basada en Marsella.
Las costas somalíes son conocidas por ser una de las principales zonas del mundo donde operan
los piratas, que atacan los navíos con el fin de apoderarse de sus cargamentos u obtener rescates a
cambio de la liberación de los tripulantes.
Bien organizados y armados, estos grupos que conforman
una "poderosa mafia del mar", según los expertos, parten de las costas y de los
puertos que nadie controla. Los piratas se han aprovechado en efecto de la anarquía que reina en
Somalia, sumida en una guerra civil desde 1991, hasta el punto de suponer una verdadera amenaza
para la navegación en la región.
Tras el apresamiento de dos navíos fletados por el Programa Mundial de Alimentos (PAM)
destinados a las poblaciones somalíes, la marina francesa fue encargada de escoltar a los barcos de
la ONU entre finales de 2007 y principios de año. Un buque danés tomó el relevo en febrero.
Fuente: AFP