INTERNACIONAL
movilizacion en san pablo

Una polémica marcha pidió el juicio político para Dilma

Extremistas. Entre los 10 mil manifestantes se vieron carteles a favor de una intervención militar contra el gobierno del PT.
| AFP

El estallido del escándalo del “Petrolão” coincidió ayer con manifestaciones contra el gobierno de Dilma Rousseff que habían sido convocadas hace varios días. Según los cálculos de la policía brasileña, cerca de 10 mil personas marcharon en San Pablo y otras cientas se sumaron en varias ciudades para protestar contra la gestión del Partido de los Trabajadores (PT).

La envergadura de las marchas estuvo muy lejos de las movilizaciones ciudadanas previas a la Copa del Mundo, cuando decenas de miles de brasileños de distintos estratos sociales salieron a las calles para reclamar mejoras en los servicios públicos. Esta vez, en cambio, quienes asomaron en las protestas fueron pequeños grupos de derecha que reclamaron desde un impeachment para destituir a Rousseff hasta el regreso de los militares al poder.

El megaoperativo del viernes contra los acusados de integrar el esquema corrupto en Petrobras calzó perfecto a la polémica manifestación paulista, en la que se vieron carteles con consignas como “Dilma sabía todo”. Sin embargo, la radicalidad de los planteos hizo que muchos brasileños antipetistas se diferenciaran de los reclamos.

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“Los que muestran carteles a favor de los militares son grupos minúsculos –dijo a PERFIL el cantautor brasileño Lobão, uno de los impulsores de la protesta–. No podemos permitir pancartas de ese tipo”. Aunque fue uno de los mentores de la movilización, Lobão se retiró ayer de la manifestación al observar que muchos de los asistentes coreaban consignas a favor de una intervención de las fuerzas militares.

“El sentido genuino de la marcha era a favor de la libertad, la democracia y contra el PT –se lamentó el músico–. El reclamo principal era el impeachment de Rousseff por la enorme cantidad de denuncias de fraude que hubo durante la campaña. Las tácticas fraudulentas fueron desde la adulteración de urnas hasta las amenazas de quitar planes sociales como el Bolsa Familia”.

Pese a esa denuncia, la Justicia Electoral no detectó mayores irregulares en el proceso electoral en el que Rousseff derrotó al candidato opositor Aécio Neves (PSDB). De hecho, la actual presidenta se impuso por un margen no muy abultado pero suficiente como para disipar sospechas.

El viernes, militantes del PT y de movimientos sociales afines habían organizado una “contramarcha” para respaldar a Dilma frente a las acusaciones en su contra. En Brasil, la fuerte polarización que se vivió durante la campaña electoral se mantiene en las calles, aunque las movilizaciones ciudadanas perdieron intensidad respecto de las del primer semestre.