Bagdad –
El presidente iraquí, Jalal Talabani, se sumó este sábado a las protestas de los
manifestantes iraquíes contra la breve detención del hijo de un dirigente chiíta por parte de
soldados norteamericanos, mientras que en el país se vivía una nueva jornada sangrienta ya
que un atentado suicida sembró al menos
sesenta muertos.
Un total de sesenta personas murieron y otras sesenta resultaron heridas en un
atentado suicida con un camión cisterna repleto de combustible frente a una mezquita sunita
de Habbaniya, justo a la salida de los fieles, en la provincia rebelde de Al Anbar.
La región, unos ochenta kilómetros al oeste de Bagdad, es un bastión de insurgentes sunitas
poco afectados por atentados de este tipo, aunque un habitante explicó que la ciudad de
Habbaniya reúne a una tribu integrada en el
Frente Al Anbar, alianza opuesta a Al Qaeda.
Al día siguiente de la detención de Ammar al Hakim, hijo de Abdel Aziz al Hakim, jefe del
Consejo Supremo de la Revolución Islámica en IRAK (CSRII), Talabani emitió un comunicado de
protesta.
“El presidente Talabani lamentó profundamente y expresó su sorpresa por lo que le
ocurrió a una personalidad nacional", declaró en su misiva la presidencia.
Ammar al Hakim fue
arrestado durante varias horas el viernes en una base estadounidense de la región
de Kut, a 175 kilómetros al sureste de Bagdad, según su partido. Presentado como el número dos del
CSRII,
Hakim denunció al quedar en libertad las “duras” condiciones de su arresto.
Talabani, quien destacó que Hakim descendía del linaje del profeta Mahoma, consideró que
había sido tratado de manera “indecente y no civilizada”. El detenido, cuyo convoy fue
detenido cuando regresaba de Irán, acusó al ejército estadounidense de haberlo maltratado
expresamente.
“Altos responsables (norteamericanos) tenían la intención de arrestarme”, lanzó
Hakim, quien se quejó de haber estado con los ojos vendados y las manos esposadas. “Los
miembros del convoy se comportaron de forma sospechosa, lo que condujo a la detención de
Hakim”, respondió un portavoz del ejército estadounidense.
“Lamento esta detención de la cual ignoramos las circunstancias. Estamos investigando
el tema, pero no tenemos nada que reprochar a Hakim o a su familia”, declaró por su parte el
embajador de Estados Unidos, Zalmay Jalilzad, a la televisión pública iraquí. Pero las excusas del
embajador no fueron suficientes para los millares de chiítas iraquíes que se manifestaron en el sur
del país.
“Queremos que las fuerzas norteamericanas sepan que esta detención destruirá los
proyectos políticos para Irak”, se leía en una bandera en una concentración en la ciudad
santa chiíta de Nayaf, 160 kilómetros al sur de Bagdad.
Por otra parte, las fuerzas norteamericanas bombardearon este sábado por la noche un sector
del sureste de Bagdad durante unas operaciones contra
“objetivos terroristas”, informó un portavoz del mando del plan de
seguridad de la capital. Según una fuente del ministerio del Interior, los bombardeos apuntan
contra bastiones rebeldes en el barrio de Bo’aitha (sureste), situado casi en la periferia de
la vasta capital.
Fuente: AFP