Las fake news y su valor social y también ecónomico y político -su efecto sobre las mayorías y las audiencias- tuvieron lugar en el debate de Think Tanks que se da en estos días en el CCK de Buenos Aires y que sirve como preparación al G20 del próximo noviembre, el T20 Summit Argentina. En ese contexto, el CEO y fundador de PERFIL, Jorge Fontevecchia participó del debate “Representación y Comunicación política en la era de las Fake News”.
Allí, junto a Daniel Zovatto, del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), Simon Hix, del London School of Economics, Shanta Devarajan, del Banco Mundial y Mario Riorda, de la Universidad Austral, moderados por Danila Terragno de Nuevos papeles analizaron el valor de los datos, las evidencias y las opiniones en el contexto de la crisis de representatividad política actual. Un proceso que se da en el contexto de una nueva revolución industrial, que pone en crisis el saber -tal como lo conocíamos en el siglo XIX- y con él, la organización institucional, económica y política.
En este contexto, Fontevecchia planteó algunas cuestiones que tienen que ver con la posibilidad de producir periodismo de calidad, en el “contexto de la monetización de la conversación privada. Usamos el mismo tiempo que antes en informarnos, entre unas cuatro y seis horas. Pero el tiempo de la comunicación en las redes sociales, se suma unas tres horas de comunicación, con un efecto sobre la publicidad y la posibilidad de los medios de producir periodismo de calidad.
Fontevecchia, en su ponencia en inglés, señaló que “siempre hubo fake news como medio de propaganda de los gobiernos, incluso existió un periodismo que difundía chismes. La variación está en ese otro aspecto”. Al bajar la publicidad para los medios, se produce una crisis en la producción de contenidos. “en cinco años bajó la cantidad de periodistas en los Estados Unidos casi a la mitad, y así baja la posibilidad de chequear la información y de investigar”.
Así el riesgo es “una suerte de ceguera paradigmática, que produce una crisis de en el periodismo con los valores del siglo XX” que se vería reemplazado por un “periodismo emocional, que confirma las perspectivas de las audiencias. Como existen canales de turismo o de gastronomía, también hay canales que protegen la imagen de los políticos”. En este sentido, la grieta también cumple un rol clave: “es un fenómeno que no solo se da en la Argentina con el Kircherismo/anti Kirchnerismo”.
Revolución industrial. Previamente, Daniel Zovatto señaló “que no estamos ni el peor de los mundos ni en el mejor” citando a la HIstoria de las dos ciudades de Dickens. “no debemos quedarnos ni en las instituciones del siglo XIX ni en los paradigmas del siglo XX” para comprender el cambio en la representación política. A su juicio, en el 2008 se inició una crisis, aún no resuelta, de la que “Trump no es más que un síntoma”. El resultado global es un aumento de la desigualdad, que brinda un caldo de cultivo para el nacimiento de informaciones falsas.
La mejor manera de romper ese contexto es “generar soluciones más disruptivas que evolutivas” para palear el malestar social, que se produce a un ritmos vertiginoso. Simon Hix, por su parte señaló que “me preocupa que los políticos cada vez más usen evidencias falsas. Se eligen las evidencias que sustenten opiniones y no al revés. Y las sociedades están dispuestas a aceptar esos argumentos”. Agregó que “antes, las usinas de pensamiento trabajaban produciendo evidencias para los políticos. No importaba que fuesen de izquierda o de derecha, lo que era importante era formular datos que pudieran comprobarse”.
“Sería importante -dijo- que los mismos thing thaks expliciten más información sobre sus orígenes, su financiación, sobre sus datos. Mario Riorda, por su parte, presentó el resultado de una reciente investigación que realizara con Chequeado.com. De ella, se desprende que “casi el 50% de las noticias que producen los gobiernos son falsa. Y un 25% son fuera de contexto. A eso se suma que un 64% de las personas desconfían de lo que leen”.
Para el especialista, hay una producción industrial de fake news, que se producen por goteo, y que inciden en la discusión pública. En este sentido, el nivel de debate del caso Maldonado resulta paradigmático. La cantidad de cuentas falsas y trolls marcó la discusión en las redes sociales. Lo que produce un “riesgo para la libertad, trastoca la política, fomenta actitudes tribales y gregarias y pone al tema como esencial en la política”.
Para el especialista es clave que existan regulaciones y autorregulaciones; regulaciones gubernamentales y autorregulaciones de las propias redes. Shanta Devarajan planteó que “no hay evidencia de que estemos en plena diseminación de las fakes news. El nacimiento de noticias con un sesgo político. Y con ello el socavamiento de la genuina opinión de los expertos”.
El especialista del Banco Mundial agregó que “solíamos buscar soluciones perfectas en un mundo imperfecto. A medida que crece el libre cambio hay ganadores y perdedores. Y no siempre terminamos de entender las necesidades de los perdedores” Para él, hay que comprender que las personas no reciben igual las noticias luego de las crisis. “Tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Comprender la psicología de las personas traumatizadas, cómo responden políticamente”, concluyó.
Creencias. El presidente Mauricio Macri inauguró en la mañana de hoy la reunión, que se desarrollará hasta mañana. La discusión sobre las fake news también se inserta en el contexto de una discusión sobre valores. Fontevecchia dijo “Sigmund Freud dijo que hay tres tareas imposibles: ser padres, enseñar y gobernar. En el siglo XIX murió Dios. Fue el fin de la metrafísica, tal como señaló Nietzsche. En el siglo XX murió la ciencia. Un ejemplo de ello es cómo los economistas -tanto argentinos como internacionales- erraron las previsiones sobre inflación, crecimiento y dólar en la Argentina, La crisis trasciende a la política y mucho más al periodismo. Es un tema de la religión, la filosofía: y es un problema que tiene que ver con la pérdida de jerarquía y autoridad”.
