MEDIOS
Gordos y gorditas en el barro

Jorge Lanata las prefiere "gorditas"

El periodista le dedicó su triunfo en los Premios Tato a "la gordita del aviso del Banco Galicia". Los casos Cerruti y García.

"¿Cuántas veces a mí me dicen gordo y nadie dice nada", se excusó Lanata apartando la polémica de las molestas esferas del INADI.
| Twitter @kiwitastewart

Jorge Lanata las prefiere gorditas. No me refiero a Sara “Kiwita” Stewart, válgame Dios. Ya he hablado y escrito por demás sobre el papel terapéutico (además de contenedor y amoroso) que desempeña en la vida del Gordo su felizmente recuperada esposa.

Hablo de la actriz Paola Barrientos, “la gordita del aviso del Banco de Galicia”, a quien irónicamente JL dedicó anoche el primero de sus Premios Tato 2013. Y la sumo a la ex periodista-legisladora Gabriela Cerruti y a la ultracristinista Cynthia García, con quienes confrontó el año pasado cuando ambas pusieron en duda los atropellos de la seguridad chavista durante la cobertura electoral de Periodismo Para Todos en Caracas.

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De la polémica con Cerruti, a Lanata le quedó un expediente abierto en Tribunales, ya que además la acusó por radio de haber mantenido inconfesables relaciones con altos exponentes del menemismo en los '90.

Todas “gorditas”, un modo de tratarlas que, según explicó el propio Lanata esta mañana por Mitre, a su juicio no implica descalificación ni insulto alguno. Se sintió forzado a hacerlo por el tole tole que se armó en las redes sociales tras la irónica alusión a la Barrientos (en la dedicatoria la sumó a otros dos artistas K: Pablo Echarri y Mex Urtizberea). “¿Cuántas veces a mí me dicen gordo y nadie dice nada”, se excusó, apartando la polémica de las molestas esferas del INADI.

Pero la verdadera gorda de la noche se armó cuando Reynaldo Sietecase, un exdiscípulo de Lanata que insiste en saltarle a la yugular cuando se le presenta la ocasión, recibió su propio Tato: “Me sorprende que los mismos colegas que están preocupados por 'la grieta' se ocupan se ensancharla cada día más. (...) Volvamos a hacer periodismo independientemente del medio que nos contrata. Nos contratan nuestra fuerza de trabajo, no nos compran nuestra opinión ni convicciones, son cosas diferentes”.

Es muy posible que, en la excesividad extrema que caracteriza su ego, a Lanata le salte la térmica y ensanche la misma grieta que cuestiona. Llama mucho la atención, sin embargo, que Sietecase vuelva a intentar la “negación del padre” como ya lo había hecho en la entrega de los Martín Fierro del año pasado, sin mencionar siquiera una vez el intrincado papel de los grupos mediáticos que lo emplean (Szpolski-Garfunkel y Telefónica) en la trama de intereses, manejo de fondos públicos y relatos cruzados que abrieron la bendita grieta bajo la tutela política y editorial del Gobierno.

Tal vez Lanata deba bajar un cambio. Quizá Sietecase deba dejar de insistir en equipararse tanto a Lanata en las vidrieras del súper rating. Se lo ve más gordo, ¿lo notaron?.

 

(*) Jefe de redacción de la revista Noticias. Autor del best-seller Periodistas en el barro.