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Luis Majul: "Cristina pierde por goleada frente al papa Francisco"

El periodista analiza la postura "sumisa" de la Presidenta con Bergoglio y el "ruido" que generan los cambios de posición. Video.

Luis Majul analizó el "cambio de posición" del kirchnerismo ante la unción de Bergoglio como papa.
| Cedoc

"En términos futbolísticos, "Bergoglio es el Barcelona y Cristina y los opositores son apenas un equipo amateur de Argentina". Con esa comparación, el periodista Luis Majul recibió a Perfil.com en su productora y aprovechó para criticar la posición del oficialismo sobre Bergoglio: "Que alguien me explique las tapas de Página/12".

Tres días antes de dar comienzo a la decimoquinta temporada de La Cornisa, el periodista asegura que la designación de Jorge Bergoglio como sucesor de Pedro "generó un panorama en la política nacional que es apasionante" cuya influencia en el electorado "hoy, es una incógnita".

Para Majul, las comparación entre ambos jefes de Estado es inevitable porque "cada silencio de Francisco será interpretado en clave política para la Rosada" y, en ese ida y vuelta, "Cristina pierde por goleada".

"No tengo el dato. Pero yo me imagino a los colaboradores de Cristina diciéndole que cambie de estrategia con Bergoglio porque para ella, él es imbatible".

- ¿Por qué imbatible?

- Porque puestos en comparar en imágenes, vos lo tenés a Francisco que en lugar de hablar de los pobres, convive y elige la opción de ayudar a los pobres. Cristina habla de la pobreza pero no va a las villas. Él no necesita hacerse Photoshop para parecer humilde porque es humilde. Cristina tiene muchos atributos, pero la humildad no es uno de ellos. No está a la altura, pero ella ni ningún político de Argentina. Bergoglio dialoga, tiene una capacidad para escuchar que es brutal. ¿A vos te parece que Cristina escucha a alguien? En las dos reuniones que tuve con ella me dio lecciones de periodismo, las empezó ella y las terminó ella, no da conferencias de prensa, no escucha.

- Por eso pensás que lo fue a ver al Vaticano...

- No tengo el dato, pero es evidente. Se juntó Cristina con su pequeño círculo de asesores y cambiaron el mote de Bergoglio. Dejó de ser el genocida, el cómplice de la dictadura para convertirse en otra cosa. En su primer discurso, Cristina parecía querer explicarle al Papa cómo gobernar al planeta. Después pasó a ser una mujer sumisa que se emocionó ante el segundo encuentro que tuvo con el Papa. Y eso hace ruido adentro del mismo kirchnerismo, mucho ruido. Algo que no había sucedido hasta ahora.

- ¿Puede ser una ruptura estructural?

- Hay militantes del kirchnerismo que piensan de verdad que Bergoglio fue cómplice de la dictadura. ¿Cómo les explicás que Cristina vaya a darle la mano al Vaticano? Yo creo que hace mucho ruido porque ya no saben cómo es la cosa. ¿Cuando me conviene es un cómplice de la dictadura y cuando no, voy y le doy la mano? Yo no sé cómo es, pero que alguien me explique los tweets de D’Elía, que alguien me explique la evolución de las tapas de Página/12, que me expliquen a Cabandié abandonando el recinto para no homenajear al Papa Argentino. Que alguien me lo explique.

- ¿Qué pensás de las acusaciones de Horacio Verbitsky?

- La acusación fue desestimada por la Justicia y ése es el primer dato. Yo leí el libro de Verbitsky y tuve la posibilidad de hablar con gente conocedora del caso, y si uno hila fino, lo máximo que se le puede acusar a Bergoglio es no haber estado a la altura de las circunstancias. Y en ese caso, coincido con las declaraciones de Graciela Fernández Meijide. Ella dijo que los militares secuestraron a su hijo y ella no pudo hacer nada. No se la puede acusar de no haber hecho nada. Por eso no se lo puede poner a Bergoglio al nivel de un torturador.

- Pero Verbitsky está convencido...

- Bueno, también hay que preguntarse qué hicieron durante la dictadura los que acusan. Hay una disputa porque hay una versión que indica que Verbitsky estaba escribiendo discursos para la Fuerza Aérea. Él dice que escribió un libro, pero estuvo mucho tiempo acá de manera clandestina. Hay cosas que muchos tienen que explicar, lo que no indica que Bergoglio no tenga que explicar cosas.

(*) De la redacción de Perfil.com.