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PPT: Papa para todos (y todas)

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Edicin histrica de PERFIL. | Cedoc.

Primero, una declaración de principios para que se entienda desde dónde se habla. No soy creyente, nunca me casé ante un cura ni bauticé a mis hijos. Soy muy crítico acerca del rol político, distante del espiritual, cercano del social y en las antípodas de la mirada medieval sobre lo que deberíamos ser y hacer que tiene la Iglesia. Todo esto no obtura, sino que potencia, la idea de que somos testigos privilegiados de un acontecimiento único, irrepetible.

Creo que todavía no somos conscientes del impacto que puede tener en nuestro país (más allá de creencias y de gustos) la transformación de Jorge Bergoglio en Francisco. La Argentina, como la patria del Papa, será mirada y analizada con una lupa distinta. Puede ser tanto para bien como para mal y eso sólo dependerá de nosotros, como sociedad (y no soy muy optimista al respecto, ya que estamos).

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Para analizar el fenómeno en torno al nuevo pontífice habría que moverse de ciertos lugares cómodos. Con el propósito de intentar entender hay que abandonar los espacios bipolares tan de moda en los últimos años. Bergoglio no es Astiz ni la reencarnación del demonio, como nos quieren hacer creer algunos , ni tampoco un galán rubio, de ojos celestes y encima revolucionario (tal un titular de diario reciente) como nos pretenden convencer otros.

Como la vida misma, el nuevo jefe católico es un hombre de claroscuros y matices. Impone gestos que, si van a iniciativas concretas, pueden hacer de la Iglesia un actor global más interesante. Los antecedentes de Francisco son señales alentadoras: impulsó la opción por los pobres, se puso del lado de las víctimas, acompañó estos años a los sacerdotes más comprometidos en la lucha contra la marginalidad y las drogas, etc.

Pero siempre hay que estar con los pies en la tierra, que eso no es pecado: esperar que Bergoglio o cualquier miembro de la Iglesia respalde el divorcio, el matrimonio igualitario o el aborto es no tomar conciencia de qué idea representa la institución; si abandona esos dogmas va en contra de su naturaleza. Sería como esperar del peronismo que privilegie en su acción un respeto reverencial al republicanismo liberal.

Para tratar de entender lo que viene hay que sacudirse de preconceptos. Asistimos y seguiremos asistiendo seguramente a interpretaciones y movidas partidizadas made in Argentina ante cada palabra, gesto o acto papal. Será otro pasaporte a la frustración y a los callejones sin salida.

Hacer un aporte a la comprensión de procesos complejos, dinámicos y apasionantes debería ser el objetivo del periodismo profesional. Tal vez, más que nunca desde la recuperación democrática, estamos en deuda y contribuimos mucho y mal a la confusión general.

Con esta edición histórica de un momento histórico e inigualable, PERFIL trata de poner su granito de arena para intentar entender. Como cada fin de semana. Esperamos estar a la altura.