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Verbitsky: "Con Ongania no había vida o muerte en juego, se permitían críticas importantes"

En el reportaje de Fontevecchia, junto a James Neilson, el exmilitante político destacó que "lo del 76 fue otra cosa". Habló de redes, Rodolfo Walsh y los medios.

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Jorge Fontevecchia, presidente de PERFIL Network, realizó un reportaje público a los periodistas Horacio Verbitsky y James Neilson que en su labor incluyen la defensa de los derechos humanos. A 35 de la restauración democrática, reflexiones que hablaron en la Biblioteca Nacional sobre el pasado y la urgencia del presente. | Juan Ferrari

El CEO de Perfil Network, Jorge Fontevecchia, llevó adelante en la Biblioteca Nacional un reportaje público a dos grandes periodistas que se destacaron por su defensa de los derechos humanos: Horacio Verbitsky y James Neilson. El tópico del encuentro fue “El periodismo en la dictadura, a 35 años de la Recuperación de la Democracia”, aunque durante la charla se realizaron reflexiones tanto sobre el pasado como sobre el presente. 

En uno de los tramos de la charla, Verbitsky, quien fue durante muchos años el columnista estrella de Página 12, contó que fue durante los años de la dictadura que comenzó en 1976 empezó a aprender inglés, para poder leer y escuchar medios del extranjero. "Escuchaba mucho radio internacional, por onda corta. Porque era evidente que los diarios estaban ocultando una parte muy importante de la realidad", aseguró el también exmilitante de Montoneros. Al referirse a los medios de su preferencia en aquella época, mencionó: "Escuchaba la Deutsche Welle, Radio Canadá y la BBC. De esa manera podía irme formando una mejor idea de lo que pasaba. También leía el Herald". En cambio recordó que en la dictadura encabezada por Juan Carlos Ongania "se permitían niveles de crítica importante".

En ese sentido, Neilson explicó que los periodistas que trabajan en una redacción tenían la ventaja de acceder a medios internacionales, ya que recibían diarios del extranjero. 

Como dato de color de aquellos años violentos, Verbitsky contó que "Rodolfo Walsh miraba el programa de Mirtha Legrand a mediodía",  destacando que disfruta este momento de su vida: "A mí me apasiona el presente. En algún momento me pegará el viejazo, como a todos, pero mientras no me ocurra y pueda, seguiré viviendo en el presente.

En otro tramo de la charla Fontevecchia consultó a Verbitsky acerca de la libertad que le otorga a los periodistas la posibilidad de comunicarse a través de redes sociales. el también presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) consideró: "Es un factor que incide, pero no es decisivo. Lo decisivo son los cambios culturales y sociales. Las redes sociales dan posibilidad importante. La tecnología actual también. Acabo de cumplir un año con El Cohete a la Luna y mis notas son tanto o más leídas de lo que eran en Página 12. Esto en otra época no habría sido posible". 

A continuación un extracto de esa parte parte de la charla:

Fontevecchia: La gran prensa en la dictadura anterior, con Onganía, ¿era exactamente igual o se permitía algún grado de crítica?

Verbitsky: Se permitían grados de crítica importantes. No había cuestiones de vida o muerte en juego. Cuando intervinieron las universidades en los primeros meses del gobierno, hubo muchas críticas en los medios. El 76 es una historia distinta. En el 55 se da una contradicción interesante entre la política represiva, despiadada, contra la clase trabajadora y un florecimiento de la cultura, del arte, del cine, de las universidades, florece la inteligencia, las clases medias tienen años de gloria, mientras los trabajadores son masacrados, fusilados. En el 66 había, a pesar de una concepción integrista, contradicciones, había espacios de cuestionamiento.

9 reflexiones de Fontevecchia, Verbitsky y Neilson sobre periodismo en dictadura y democracia

Fontevecchia: ¿Por qué se daba esa diferencia en la gran prensa? Una hipótesis es: tenían miedo. Otra: eran socios.

Verbistsky: No descarto que hubiera gente que tenía miedo a la dictadura y a la guerrilla, a nosotros. Es factible, razonable.

Neilson: Es lógico que uno no quiera terminar en un campo de concentración o ir en balsa al Uruguay para huir del terror oficial. Es lógico temer a la guerrilla.

Verbitsky: Se podía estar en contra de la guerrilla, pero cuestionar la abolición de todos los derechos y las garantías. No hacía falta estar a favor de la guerrilla para cuestionar. Ustedes coincidían con la política económica del gobierno de Martínez de Hoz, sobre todo en la época de Bob.

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Neilson: Sí, yo, con cierta ingenuidad, preferí las políticas económicas de los países exitosos sobre aquellas de los países que se arruinan. En el plano económico, el comunismo ha sido un desastre absoluto

Verbitsky: El capitalismo de Martínez de Hoz también. No es un tema platónico. Hay que ver qué tipo de capitalismo tuvimos en la Argentina.

Neilson: Cualquier política va a fracasar con una clase gobernante incompetente.

Fontevecchia: Me parece interesante debatir si pudo haber sido distinto. Si el periodismo hubiese tenido una actitud distinta, ¿habría cambiado o los habrían matado a todos? Pinochet cerró todos los diarios, y quedó solo El Mercurio, que estaba a favor de la dictadura.

Verbitsky: Habría sido distinto. No había en Chile diarios del poder de Clarín y La Nación. El único diario poderoso de Chile era El Mercurio, que fue un ejecutor voluntario y con entusiasmo. Recibió fondos del gobierno de Estados Unidos para participar en la desestabilización del socialismo. Fue un precursor del golpe del 73. La Nación y Clarín habrían tenido margen para una conducta distinta y eso hubiera hecho una diferencia.

Neilson: Coincido, pero de ser así, la Argentina hubiese sido otro país. Los grandes medios son los voceros de la sociedad civil, y en aquel entonces la sociedad civil era primitiva frente a los presuntos enemigos. Había enemigos de verdad y fantasmales.

Fontevecchia: Se percibe hoy, en todos los medios, que hay una libertad para los periodistas más allá del deseo de los accionistas de los medios. Ahora que hay redes sociales, ¿el dueño de un medio sabe que si censura, igual va a terminar saliendo? En algún sentido, las redes sociales aumentan el poder de los periodistas dentro de los medios tradicionales porque hay una forma de que se sepa que existió esa censura y terminará afectando la imagen del medio.

Verbitsky: Es un factor que incide, pero no decisivo. Lo decisivo son los cambios culturales, sociales. Lo que decía James de cómo era la sociedad civil antes. Ha cambiado mucho y para bien, aunque haya cosas que a uno le disgusten. Las redes sociales dan posibilidad importante. La tecnología actual también. Acabo de cumplir un año con El Cohete a la Luna y mis notas son tan o más leídas de lo que eran en Página. Esto en otra época no habría sido posible.

Neilson: Hay demasiadas redes sociales, demasiadas, todos los días aparecen y mueren algunas. Los diarios grandes dan impresión de orden. Hoy con los medios sociales es difícil encontrar un punto fijo.

Fontevecchia: Vos, Horacio, te pasaste del 76 al 82, primero encerrado en tu casa, hacías de cocinero de padre y madre y vivías de lo que tu señora ganaba en la embajada de Perú.

Verbitsky: Y de una mínima asignación que me daba la organización hasta que me fui de ahí, en el 77.

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Fontevecchia: Leías los diarios y mirabas con atención todo lo que se publicaba. Tenías más tiempos para hacer análisis del discurso. Tu mundo exterior era a través de los diarios, radio y televisión.

Verbitsky: Si, escuchaba mucho radio internacional. La Deutsche Welle, radio Canadá, la BBC. De esa manera podía irme formando una mejor idea de lo que pasaba. Leía el Herald.

Fontevecchia: ¿Y tu lectura en esa época de los medios?

Neilson: Teníamos la ventaja de recibir diarios y artículos de la prensa internacional en la redacción. Estábamos mejor informados que el resto de la población.

Fontevecchia: ¿Es cierto que Rodolfo Walsh veía a Mirtha Legrand al mediodía?

Verbitsky: Sí, en la hora del almuerzo, tenía el programa.

Fontevecchia: Mirtha Legrand es otro caso de vigencia,  de lo que vos sos otra de las excepciones. ¿Cuál es el secreto de esa vigencia?

Verbitsky: Me resulta difícil decirlo. De mi último libro, que va del 55 al presente, ya hice 17 presentaciones. Para mí todo eso no es el pasado. Son presentes sucesivos que he ido viviendo. Tengo también el presente actual, y miro todo aquello desde el presente actual. Es uno más de la sucesión de presentes. No es un libro melancólico: trata de acomodar todas las piezas hasta el presente en un cuadro general.

Fontevecchia: El secreto es no caer en la melancolía.

Verbitsky: No sé. Pero, en todo caso, a mí me apasiona el presente. En algún momento me pegará el viejazo, como a todos, pero mientras no me ocurra y pueda, seguiré viviendo en el presente. Tengo un mueble que decoró mi esposa con una frase extraordinaria tomada de un libro de ilustraciones del siglo 16 que dice: “No time like the present”. Imaginarse esa sucesión de presentes te redimensiona el presente actual. Somos una gota de polvo cósmico.

Neilson: El presente no es solamente la línea que separa el futuro del pasado. Es algo que vale en sí mismo

Fontevecchia: James, te fuiste hace 30 años a vivir a Pinamar. ¿Por qué?

Neilson: Me gusta el mar, no me gustan las ciudades. Prefiero los pájaros a muchos seres humanos. Soy como un turista, un escritor. Siempre he tenido fuentes más que adecuadas. La mayoría de las cosas que ocurren son públicas, no hay muchos secretos.