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Pobreza Infantil, nuestra principal deuda

Los datos nos llevan a un período marcado por un contexto económico complejo, con una aceleración inflacionaria y una caída de los salarios reales.

Pobreza infantil
De acuerdo al estudio, la pobreza infantil es mucho más elevada "en los hogares monoparentales que cuentan con una única proveedora de ingresos. | NA / DAMIAN DOPACIO

Los últimos datos difundidos por el INDEC muestran un panorama preocupante. Los datos nos llevan a un período marcado por un contexto económico complejo, con una aceleración inflacionaria y una caída de los salarios reales. En este marco los números de pobreza e indigencia relativos al segundo semestre de 2018 muestran un marcado crecimiento con relación al mismo período de 2017.

Como ya es habitual, los principales afectados por esta situación son las niñas, niños y adolescentes. 47% de los chicos y chicas de menos de 14 años viven por debajo de la línea de pobreza. Esto significa 5,1 millones de chicos y chicas: 796.000 más que en 2017, cuando los valores de pobreza infantil se ubicaban en torno al 39,7%.  Aún más preocupante es el aumento de la indigencia en este grupo de edad: del 7,6% al 11%. Son 1,2 millones de niñas y niños que viven en hogares donde el ingreso no alcanza para cubrir una canasta alimentaria.

Detrás de estos números, hay realidades. Chicos y chicas que enfrentan dificultades para alimentarse, que habitan en viviendas precarias, sin acceso a servicios básicos, que ven afectada su educación porque tienen que trabajar y realizar tareas de cuidado, que notan las situaciones de estrés que enfrentan sus familias y que sufren más situaciones de violencia. En el último estudio lanzado recientemente por UNICEF mostramos estas situaciones a través de la voz de los propios niños y niñas. Contamos qué sienten, cómo viven y cómo los afecta la situación económica actual.

Detrás de estos números, hay realidades. Chicos y chicas que enfrentan dificultades para alimentarse, que habitan en viviendas precarias, sin acceso a servicios básicos, que ven afectada su educación porque tienen que trabajar y realizar tareas de cuidado, que notan las situaciones de estrés que enfrentan sus familias y que sufren más situaciones de violencia

Desde UNICEF entendemos que la pobreza es un problema estructural y complejo, que constituye la principal deuda que tenemos como sociedad. Por eso, volvemos a hacer un llamado público para que, incluso en el actual contexto económico adverso, se tomen todas las medidas de políticas públicas para proteger al principal grupo poblacional afectado por la pobreza en Argentina: las niñas, niños y adolescentes.

En particular, es necesario incrementar y ampliar la cobertura de la Asignación Universal por Hijoque ha mostrado ser muy efectiva para reducir la indigencia. Medidas como el incremento del 46% en el monto de la AUH son pasos en esta dirección, que deben ser acompañados por más recursos para garantizar la continuidad de los sistemas de salud, educación, de cuidados y de protección de derechos. No podemos imponer restricciones fiscales cuando se trata de asegurar los derechos de los chicos y chicas más vulnerables.

 

* Carolina Aulicino, Oficial en Politicas Sociales, UNICEF. Twitter: @Caro_aulicino 

* Sebastián Waisgrais, Especialista en Monitoreo e Inclusión Social, UNICEF. Twitter: @sebawaisgrais