OPINIóN
Política

Si Massa juega con el kirchnerismo ¿con quién jugarán sus votantes?

Sumas y restas en las alianzas electorales: lo importante no es que hagan los candidatos sino los electores.

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Conferencia de prensa de Sergio Massa | captura

A 70 días de los comicios nacionales la puja de alianzas está en pleno desarrollo. Los candidatos están priorizando en sus análisis la cantidad de votos negativos, el rechazo y el clima de descontento que parece priorizar en esta contienda. La suma y resta de votos a raíz de las alianzas electorales está cada vez más en discusión. La duda que persiste: ¿es suficiente una alianza electoral para sumar los votos de los candidatos?

Entre los cientistas sociales existe un consenso, más o menos extendido, sobre que hay dos formas de leer las contiendas electorales. Un punto de vista es el que mirala política desde la dirigencia política: Qué dicen los políticos, qué twittean, con quiénes se juntan, con quiénes se alían, etc. Para muchos consultores destinarle esfuerzos en analizar esto no tiene sentido, ya que a nadie le importa la política. Otros analistas-quizás más relativistas- esgrimen que la política no es lo que mayor interés despierta en la vida cotidiana de las personas, pero ciertas cosas que los políticos hagan, y en ciertos momentos, importan mucho.

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El segundo punto de vista es el que mira la percepción del electorado, la realidad simbólica que construyen y lo material que perciben. Si “la única verdad es la realidad”, esta realidad es la realidad social, que como decía el sociólogo Manuel Mora y Araujo no se limita solo a las condiciones socioeconómicas de los electores, sino que también abarca su mundo simbólico y las ideas que ellos construyen a partir de la intersubjetividad (El poder de la conversación- Crujía/Parmenia).

El tiempo en el que los votos se agolpaban torpemente en torno a un líder todopoderoso terminó. Si antes era suficiente que un líder dijera “apoyo a …” para que la gran mayoría de sus electores concurriesen a las urnas y votasen por ese candidato mencionado, hoy el voto es de los electores y para entender por qué o por quién votan, hay que prestarles más atención a ellos.

Sumar a Massa, ¿suma a sus votantes?

Enfocando nuestro análisis a la política local, por estos días sobrevoló la posibilidad de que Sergio Massa acordase una alianza con el kirchnerismo, ya sea compitiendo en PASO por la presidencia de la Nación, postulándose por la gobernación de Buenos Aires, o compitiendo como cabeza de lista como Diputado Nacional con la promesa de ser, posteriormente, presidente de la Cámara de Diputados.

Siguiendo la propuesta de análisis dicotómico esbozada al comienzo de estas reflexiones, es notable la sobreabundancia de análisis en torno al posible acuerdo entre Massa y el kirchnerismo que, lejos de jerarquizar la perspectiva del elector, se enfocaron en observar a los políticos.

Pero la pregunta que realmente importa no es si Massa se suma o no, sino cuántos de sus votantes estarían dispuestos a votar por la formula Fernández-Fernández,cuántos emigrarían a la fórmula de Cambiemos -u otra- y cómo reaccionarían los votantes que hoy por hoy se inclinan por Unidad Ciudadana, ante la llegada de Massa.

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Por parte de Cambiemos, un dato reciente comienza a generarles cierta esperanza. No se trata de un aumento estrepitoso en la imagen positiva de Macri, sino de una leve reducción en el porcentaje de votantes “no lo votaría”. Así, según Synopsis, el rechazo hacia Macri en junio sufrió una leve caída llegando al 46,5% de los electores, mismo porcentaje de electores que manifiesta que no quieren un triunfo de la fórmula Fernández-Fernández.

La preocupación del lado de Unidad Ciudadana anida en que, de ese 46,5% de los votantes que no quieren que gane la fórmula F-F, 76,6% está dispuesto a cambiar su voto para evitar un triunfo de esa fórmula. Esto es lo que usualmente se conoce como voto útil, en su versión rechazo.En el caso de Macri, el panorama es igualmente preocupante en este sentido,por lo cual es importante que los estrategas de Cambiemos tomen nota para evitar una catástrofe electoral: el 76,5% de los electores que no quieren un nuevo triunfo de Macri están dispuestos a cambiar su voto, inclinándose por un candidato que les garantice la derrota del líder del PRO.

Si bien tanto para el kirchnerismo como para el macrismo las cifras de rechazo y de posible voto útil en contra de su triunfo son altas, Macri está por una décima mejor que Fernández. Por otro lado, entre los votantes “anti-k” de Massa, es decir el 42,8%, Synopsis señala que el 73,5% está dispuesto a buscar un candidato que le garantice la derrota del binomio Fernández-Fernández.

¿Suma o resta? Esa es la cuestión

En las primeras líneas de su emblemática obra “El dieciocho brumario de Luis Bonaparte”, Marx decía que la historia se repite dos veces, una vez como tragedia y la otra como farsa. En 2015 Macri tuvo que decidir si el estrechar vínculos con Massa, le sumaba para ensanchar su base electoral o no. Si bien había un consenso más o menos generalizado en ciertos analistas–observadores de las contiendas electorales desde la óptica de los políticos- sobre que si Macri no se unía a Massa, no habría chances de ganarle a Scioli, haciendo los estudios de opinión pública, Macri sabía que si se aliaba con Massa, algunos de sus electores y gran pare de los de Massa se podrían ir con Scioli. El resultado se convirtió en una tragedia para el kirchnerismo ya que Macri fue electo presidente.

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Hoy un escenario similar está ante Alberto y Cristina Fernández. Creer que los votos que apoyan a Massa apoyarán al kirchnerismo tan solo por un acuerdo político podría tener un costo demasiado alto en tiempos electorales. La única explicación racional del porqué apresurar la alianza en estos momentos sería en el marco de la pre campaña, que como señalé en un artículo anterior https://www.perfil.com/noticias/opinion/opinion-leandro-bruni-mensajes-de-precampana-a-quien-le-hablo-cfk-cristina-fernandez-kirchner-alberto-fernandez.phtml, consiste en apuntalar los elementos que posteriormente estarán actuando en la campaña propiamente dicha.

En este sentido, para el kirchnerismo podría resultar tentador incorporar a la estructura de militancia que aun detenta el líder del Frente Renovador en la provincia de Buenos Aires. Fiscalizar y cubrir el territorio con militantes es tan importante como desplegar una buena campaña en redes sociales. Sin embargo, la duda al respecto es: si Massa acepta y juega con el kirchnerismo, sus segundas y terceras líneas –quienes desde 2013 hasta hoy vieron en CFK una adversaria-, ¿lo harían? ¿estaría dispuesto el Frente Renovador a hacer campaña por CFK?

*Politólogo y docente (UBA).