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Martín Balza reflexiona sobre la histórica figura de Manuel Belgrano

Fue protagonista de las invasiones inglesas, promotor de la Revolución de Mayo y del nacimiento del periodismo argentino y tuvo una actuación relevante en la declaración de la independencia argentina.

Manuel Belgrano
Manuel Belgrano | cedoc

El mes de junio bien puede ser considerado, mes belgraniano: nacimiento y muerte de Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano, el primer economista del Río de la Plata; también fue jurista, periodista, pensador social y, según él, militar improvisado. Un extenso período cuajado de sucesos lo tuvo como protagonista: las invasiones inglesas, promotor de la Revolución de Mayo, el nacimiento del periodismo argentino, su actuación en el Ejército del Norte, los triunfos en las batallas de Tucumán y Salta, las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma y la declaración de la independencia argentina. Aceptó ser soldado, no para vanagloriarse como algunos de sus contemporáneos, sino para que nadie pensare  “que repugnara los riesgos”, como el propio Belgrano expresó.

No esperó órdenes del gobierno de Buenos Aires --el Triunvirato-- para crear nuestra enseña patria. Desobedeció a ese gobierno cuando, además del Ejército del Norte, retiró toda la población local en lo que se conoce como el éxodo jujeño, aplicando la vieja estrategia de tierra arrasada, que contemporáneamente utilizó Alejandro I en 1812 en Rusia, privando al enemigo invasor de fuentes de abastecimiento, derrotando a Napoleón y produciendo una inflexión en las Guerras Napoleónicas. En la Segunda Guerra Mundial, en el frente ruso, Stalin aplicó una estrategia similar a la de nuestro prócer ante el avance alemán.

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Belgrano, de nuevo desobedeció órdenes del gobierno de Buenos Aires, impartidas a más de 1.000 kilómetros de las acciones bélicas, al negarse a retirar sus tropas hasta Córdoba.  Permaneció en Tucumán y derrotó a los españoles el 24 de septiembre de 1812, en la primera gran batalla de la independencia librada en nuestro territorio. El segundo triunfo lo lograría el 20 de febrero de 1813, en Salta.

El historiador Pacho O’Donnell se refiere de manera contundente a esa desobediencia: “Si hubiese obedecido, hoy probablemente la frontera norte de nuestro país estaría en Córdoba”. La visión y firmeza de Belgrano contribuyó a salvar la Revolución de Mayo.

El comportamiento del prócer en esa oportunidad es conmovedor, Ovidio Giménez lo relata así “…con un tiempo nublado y lluvias intermitentes, amaneció el 20 de febrero de 1813, en que habría de tener lugar la batalla de Salta. En esos precisos momentos, Belgrano, enfermo y con vómitos de sangre, estaba, no obstante, decidido a la lucha aunque tuviera que ser transportado en carretilla tirada por dos caballos con el fin de recorrer la línea de batalla y adoptar las medidas que las circunstancias indicaran. Afortunadamente, reaccionó con rapidez y no sin dificultad le fue posible montar a caballo y dirigir la acción, venciendo, con esa energía casi sobrehumana de que dio tan singulares pruebas,ala postración de la hemoptisis”. La hemoptisis origina una hemorragia de la membrana mucosa pulmonar, caracterizada por la expectoración de sangre.

A pesar que manifestaba “que era un militar improvisado, que nada sabía  de milicia”, San Martín, en 1815, en carta a Godoy Cruz, dijo de él:“...es el más metódico de los que conozco en nuestra América, lleno de integridad y talento natural; no tendrá los conocimientos de un Bonaparte en punto a milicia, pero créame Ud. que es lo mejor que tenemos en la América del Sur”

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Las ideas belgranianas evidencian una influencia de la Ilustración francesa e italiana, y también de los seguidores españoles de esa escuela, como Jovellanos y Floridablanca; ello se refleja en su preocupación por la agricultura, el régimen de propiedad de la tierra, las manufacturas y, en forma muy especial, en la educación. Sobre esta última, sentenció visionariamente: “Cómo se quiere que los hombres tengan amor al trabajo, que las costumbres sean arregladas, que haya copia de ciudadanos honrados, que las virtudes ahuyenten los vicios, y que el gobierno reciba el fruto de sus cuidados, si no hay enseñanza, y si la ignorancia va pasando de generación en generación con mayores y más grandes aumentos”

Belgrano, abnegado patriota y un luchador nato, no estuvo exento de calumnias, difamaciones y procesos.

Murió el 20 de junio de 1820, en la más extrema pobreza y olvidado por sus conciudadanos. En sus últimos días expresó: “Sé que estoy en peligro de muerte. Aquí hay una capilla donde se entierran los soldados, también puede enterrarse al general”. Sin embargo, el privilegio de guardar sus restos sería el Convento de Santo Domingo en Buenos Aires.

Martín Balza. Ex Jefe del Ejército Argentino ; Veterano de la Guerra de Malvinas y ex Embajador en Colombia y Costa Rica.