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Escala corporativa

Cinco pasos para transformar mi fatiga laboral en productividad

La columna mensual de Ismael Cala analiza la productividad laboral y saludable.

Archivo. Ismael Cala.
Archivo. Ismael Cala. | Cedoc

Víctor es un joven padre de familia, quien para poder subsistir y mantener económicamente a sus dos hijos, tenía 3 jornadas de trabajo: Primeramente, como coach en un gimnasio por las mañanas —hasta el mediodía—, y luego de 7 de la noche a 7 de la mañana como operador en un call center de emergencias de su ciudad. Eventualmente, en el horario que tenía libre por las tardes, solía hacer trabajos individuales como entrenador personal.

Dormía menos de tres horas al día, y la alimentación, no era exactamente la mejor. Victor forma parte del 20% de los colaboradores que experimentan síntomas de la fatiga laboral (2016, Future Workplace citado por Harvard Business Review).

La fatiga laboral es el estado físico de cansancio físico, emocional o mental, combinado con dudas acerca de mis competencias y el valor de mi trabajo. Son muchos los estudios que han demostrado cómo la fatiga laboral no atendida, reduce los niveles de productividad. De hecho, según Future Workplace, las pérdidas de las empresas por este concepto ascienden a USD $500 billones al año.

Y no se trata de un fenómeno aislado. Cada año se presentan cerca de 160 millones de enfermedades laborales no mortales, según estadísticas de la Organización Internacional de Trabajo, OIT.

La buena noticia es que con algunos cambios de hábito e iniciativas desde las empresas, esta tendencia se puede revertir. A continuación, mi top five de recomendaciones para convertir la fatiga laboral en productividad:

1) Practica Mindfulness: Es una excelente herramienta para mantenerte en el aquí y en el ahora. Muchas empresas han incorporado salones de meditación para sus empleados o espacios de calma y relax a fin de que acuden a él cada vez que lo necesiten.  

2) Prioriza las tareas: La mayor parte del estrés y fatiga vienen dada por la acumulación de asignaciones que no siempre han sido debidamente organizadas de acuerdo a su prioridad.

3) Aprende a decir que NO: Muchas veces, por querer quedar bien o no parecer vulnerable o ineficiente (autojuicio comprado a otro), se nos abstenemos de decir que NO a una tarea que sabemos que no podremos cumplir con tranquilidad. Luego se la recargamos al equipo de trabajo y vienen el estrés, el resentimiento y el mal clima laboral.

4) Aplica las pausas activas: Se recomienda que cada hora de trabajo hacer una pausa de 5 minutos para estirar las piernas, hacer una pequeña caminata, asomarse a una ventana o tener una pequeña plática de temas no laborales. Esto permite que los otros 45 minutos sean altamente productivos.   

5) Mantén un estilo de vida saludable. Somos seres integrales, si no tenemos un equilibrio entre cuerpo y mente, poco podemos lograr. Cuídate: Aliméntate sano, haz ejercicio, duerme lo suficiente.

Recuerda que si la fatiga laboral se vuelve crónica, puede llegarse al síndrome de burnout, con terribles consecuencias tanto en lo individual como en lo organizacional.

A través de nuestros programas EsCALA Corporativa, tenemos los conocimientos, la experiencia y la disposición para acompañarte en la implementación de estas recomendaciones en tu organización. ¡Haz el trabajo, no tomes el atajo!

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