PERIODISMO PURO

Quintana: "Con Grabois me unió el encontrar objetivos comunes"

El funcionario, una de las claves de la mecánica del Gabinete nacional, habló sobre las coincidencias que lo acercan al dirigente social. “Nos preocupan los pobres”, explicó. Gobierno de ricos y falsedades.

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Entrevista a Mario Quintana | Facundo Iglesias

#PeriodismoPuro es un nuevo formato de entrevistas exclusivas con el toque distintivo de Perfil. Mano a mano con las figuras políticas que marcan el rumbo de la actualidad argentina, Fontevecchia llega a fondo, desmenuzando argumentos y logrando exponer cómo piensan los mayores actores del plano del poder. Todas las semanas en perfil.com/PeriodismoPuro.




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—Mario, en LinkedIn usted aparece calificado como “dueño”. Sería interesante, dado que a este gobierno se lo caracteriza como el gobierno de los CEOs, que explique la diferencia entre un CEO y un emprendedor, que también puede ser CEO pero con una naturaleza distinta.

—Las diferencias son muchas. Los CEOs no tienen su capital a juego en el negocio, como los emprendedores. Hay CEOs extraordinarios y CEOs que no los son tanto. Pero en última instancia ellos son empleados jerarquizados. Es como la diferencia entre la gallina que pone un huevo o el chancho que pone el jamón y dejó la vida en el asunto. Hay mucho de eso, y mucho de compromiso también. El CEO tiene menos grado de libertad, ya sea porque tiene un dueño que le marca la cancha o tiene una corporación multinacional que le marca la cancha. Cuando uno es emprendedor, los grados de libertad son infinitos, y también la posibilidad de equivocarse. Aun así, esa creación conjunta en libertad es quizás lo más apasionante me resulta. En Argentina está muy arraigado el concepto de dueño, pero en mi vida empresarial intenté construir desde la mirada del management profesional independiente, algo que no abunda en nuestro país. Necesitamos abundante capital para que sean los talentosos y los emprendedores los que tengan el poder para construir. Prefiero ese formato, que le da más importancia a los saberes que a los teneres.

—Cuando lanzamos el Buenos Aires Times estuve con gente de la AmCham,  la Cámara de Comercio Norteamericana, que me comentaron que 2/3 del producto bruto privado de la Argentina era generado por empresas multinacionales, mientras que en Brasil solamente 1/4. Lo que indica que los empresarios argentinos se extinguieron en una enorme proporción comparado con Brasil y el país perdió la mitad del producto bruto privado generado por empresarios locales. ¿Eso tiene que ver con ese modelo que usted marca?

—Tiene que ver con ese modelo y también tiene que ver con la ausencia de un mercado de capitales. Es importante que los argentinos entendamos que para que haya más empleo y mejores salarios reales, lo que necesitamos es más inversión. Cuando uno estudia economía sabe que el salario real depende de la productividad marginal del trabajo, y la productividad marginal del trabajo viene dada por la dotación de capital por trabajador. Creo mucho en la capacidad de los trabajadores argentinos, lo que necesitamos es darles mejores herramientas. Abaratar el crédito, hacer el capital abundante, es lo que permite la competencia. El empresariado argentino sufrió la volatilidad, la falta de acceso al crédito, a los mercados de capitales para financiar su crecimiento, y muchas veces fue superado por la competencia internacional o se vieron forzados a vender por la imposibilidad de competir. Por eso tiene que ver con este elemento cultural, pero también con le necesidad de que vuelva el crédito.

—Lo que resulta evidente es que su caso es diferente a la mayoría de los CEOs que están en el gobierno. Usted viene de una familia de origen humilde, no es heredero ni sus padres pertenecían al Círculo Rojo. María Eugenia Vidal también proviene de la clase media típica, pero ella no tuvo tanto éxito. Usted es más rico que el presidente y no nació en Barrio Parque sino en Mataderos. ¿Es consciente de esa diferencia? ¿Es concierte del aporte que su visión puede significar?

—Quizás no lo valore lo suficiente visto desde ese punto de vista. No sé si soy más rico o menos rico que el presidente, no es un dato que me parezca relevante. En el gobierno hay gente con todo tipo de trayectoria. Gente que viene de trabajar en los barrios, en ONGs, en la academia, en el sector privado, en la política. Esa amalgama de equipo es la que vale.

—¿Es un prejuicio esa calificación que se tiene, que éste es un gobierno de CEOs, de ricos?

—Es absurdo eso. Totalmente falso. Yo jugaba a la pelota en la calle con mis amigos del barrio. Tuve una infancia sencilla, igualadora. Eso me dejó mucho sentimiento de familia, mucho valor por la amistad.

—¿Es más fácil para usted manejarse con dirigentes sociales como Juan Grabois que para personas que no tuvieron tanta calle?

—Puede ser. Juan Grabois es una persona que respeto por su coherencia y por sus intenciones, más allá de que podamos tener diferencias. Juan se preocupa por los pobres y yo también. Nuestro gobierno también. Más allá de los motes, de las etiquetas, esa mentira del gobierno de ricos, nuestro presidente se propuso el horizonte de Pobreza Cero, que es el que nos tiene que marcar como gobierno. A él, a todos los que formamos el gobierno nos preocupan los pobres.


Leé la entrevista completa de Jorge Fontevecchia acá