El esclarecimiento del crimen de Lola Chomnalez en la localidad uruguaya de Barra de Valizas parece estar todavía muy lejos. “Hay avances, pero no son contundentes”, reconoció el abogado de la familia de la víctima, Jorge Barrera, pero al mismo tiempo destacó que “el arma más fuerte” con la que cuentan es el ADN del homicida.
Para los próximos días, los investigadores esperan contar con los resultados de una serie de peritajes que arrojen un poco de claridad para dar con el asesino.
“¿Ya saben lo que pasó con Nisman?”, ironizó Barrera cuando PERFIL le preguntó sobre el estado de la investigación en torno al crimen de Lola, a dos meses de su asesinato. Y continuó: “Los periodistas argentinos quieren saber y apuran a la Justicia uruguaya, pero es igual que la argentina. Todos se ponen ansiosos, pero los tiempos judiciales son más lentos que nuestra ansiedad por saber. ¿Allá ya se conocen todas las pericias del caso Nisman? Hay que ser pacientes, porque esto funciona igual en toda América Latina”.
La última medida que se conoció en el marco de la causa fue la declaración de los padres de Lola ante la jueza Silvia Urioste, el 9 de febrero pasado, y cuatro días después se detuvo a Hugo “Huguito” Beltrame, el último sospechoso que quedaba en la mira de la Justicia. Pero este hombre recuperó la libertad a las pocas horas de quedar detenido por falta de pruebas. Desde el hallazgo del cuerpo de la adolescente de 15 años el 30 de diciembre pasado, la policía uruguaya detuvo a unas 15 personas, pero todas fueron excarceladas tras prtestar declaración.
“En la investigación hay avances, pero no son contundentes como para darle a la familia la respuesta que necesita y se merece”, consideró Barrera. Además informó que se esperan los resultados de algunos peritajes, como el análisis de unas filmaciones de la terminal de Montevideo por donde pasó Lola para luego dirigirse a su destino final, que era Valizas, donde la esperaba su madrina, Claudia Fernández; el esposo de ésta, Hernán Tuzinkevich; el hijo de él, de 14 años, y la hija de ambos, de 3. “Tal vez ahí encontremos algún aspecto para profundizar”, sostuvo el abogado. A esto se suman el informe criminológico de la víctima y otros estudios que el letrado prefirió “mantener en reserva”.
Cotejo. “El arma más fuerte que tenemos en nuestras manos es el ADN del asesino”, se esperanzó Barrera. Este rastro genético fue comparado con “más de 15 personas”, entre ellas el esposo de la madrina de Lola, que en un primer momento fue sindicado como el principal sospechoso. En todos los casos el resultado fue negativo.
Los expertos determinaron que ese rastro (que fue encontrado en la mochila que la joven llevaba consigo al momento del crimen) pertenece a un hombre.
Hace casi un mes, la familia Chomnalez aportó a la Justicia el informe de un perito forense uruguayo que confeccionó un perfil del posible asesino de la joven. Guido Berro Rovira le comentó entonces a PERFIL que, a su entender, el homicida podría ser “una mujer” o “un adolescente”.
Con este informe se volvió a poner en la mira al entorno de la joven, y específicamente se apuntó al hijo adolescente del pastelero. “Todavía no se cotejó el ADN con el hijo de Tuzinkevich”, se limitó a contestar Barrera. “No es una investigación que está empantanada, siempre hay un horizonte, y lo importante es que tenemos un ADN para cotejar”.
La abuela pide justicia
“Confío en la Justicia del hombre y, sobre todo, en la de Dios. El culpable tiene que pagar en vida. Esto nos llenó de odio. Los asesinos están sueltos, disfrutando de la vida, del sol, del día... y mi nieta, muerta”, sostuvo la abuela de Lola, Beatriz Chomnalez, en una entrevista con PERFIL publicada el pasado domingo.
“Ella tiene que estar en paz. Pero la Justicia de Uruguay es muy lenta. Importan los derechos humanos o no herir a alguien, pero no la muerte de Lola. Hay incongruencias”, continuó la reconocida chef.
Sobre el perfil del homicida, Beatriz opinó: “En Valizas todo el mundo cree que fueron los que estuvieron ahí con ella. El único delito grave que se recuerda en Valizas es el robo de una bicicleta hace diez años, y que no encontraron al ladrón. Pero tienen tiempo para convertir a la víctima en victimario”.
