POLICIA
Lo llamaban "El Maestro"

Despedida a Osvaldo Raffo: "La mayoría fuimos 'paridos' por él"

María Laura Quiñones Urquiza, perfiladora criminal, fue una de las alumnas del perito fallecido. Así lo recuerda.

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Osvaldo Raffo | cedoc

María Laura Quiñones Urquiza, reconocida perfiladora criminal, fue una de las alumnas de Osvaldo Raffo y una de las personas que compartió mucho tiempo con el forense en los últimos años. Es, además, una de las creadoras de la página de Facebook que le rinde homenaje (Dr. Osvaldo Raffo). Conoció al "Maestro", en 2009, durante una jornada de dos días del Instituto Universitario de la Policía Federal (Iupfa). Se pusieron a charlar.

Pese a la diferencia de edad, entre ambos nació una fuerte amistad que duró hasta el último día de vida del prestigioso forense que escribió, junto a Daniel Salcedo y a Julio Ravioli, el primer informe sobre la muerte de Alberto Nisman. "El Maestro" firmó "homicidio".

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"Al maestro Raffo lo veía y escuchaba con suma atención en el programa Forenses Cuerpos que hablan. Como a muchos, me contagió esa pasión con la que hablaba de los casos, de cómo arrojaba luz para conocer qué es lo que decían los cuerpos, de una forma sencilla. Clara y sin estridencias, para que todos pudieran entender", describe la perfiladora con admiración.

Las charlas en el Instituto se trasladaron a la casa de Raffo. "Sus análisis del Caso Tramassera, los feminicidios de María Soledad Morales, de Alicia Muñiz y de tantas otras mujeres. La pericia a Carlos Robledo Puch... No me cansaba de escucharlo cuando lo visitábamos con mi familia, de cómo colaboró en la captura de otro asesino en serie: Francisco Laureana".

"Cuando lo conocí, le dije que era fan suya y le pedí si me autografiaba las fotocopias anilladas de sus libros, le expliqué que era difícil conseguirlos porque estaban agotados. "El Maestro" lanzó una estruendosa carcajada y meses después me obsequió ambos ejemplares y me dijo que, realmente, le costó conseguirlos", cuenta Quiñones Urquiza.

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"Ese era Osvaldo Raffo. Puedo decir que tuve maestros que me formaron, pero salvo los extranjeros, la mayoría de algún modo, fuimos paridos por él. Aunque lo era en el ámbito forense, nunca tuvo aires de divo, siempre escuchaba atentamente la opinión del otro sobre algún caso, así fuese un estudiante, una persona de a pie, algún colega o un periodista", detalló.

"Los que lo han visitado coincidirán conmigo, el maestro Raffo era una especie de samurái, rodeado de espadas de los tiempos en que practicaba Judo, fotos de viajes, recuerdos de lugares lejanos. Era una casa de puertas abiertas donde junto a su esposa, nos hacían sentir bienvenidos e importantes", relató.

"El maestro Raffo era una especie de samurái, rodeado de espadas de los tiempos en que practicaba Judo, fotos de viajes, recuerdos de lugares lejanos".

"Muchos de sus discípulos se destacaron -continúa-. En todo este tiempo, no escuché a alguien que se refiera a él con palabras distintas a generosidad, bonhomía y empatía por los demás, sobre todo, por el dolor de las víctimas o sus familiares, llegando incluso, a hacer pericias de parte gratuitas, cuando la situación económica impedía a las familias poder contratar a un profesional. Si podía ayudar, lo hacía".

Sobre el grupo en la red social, la especialista cuenta que tuvo que convercerlo "para abrirle un grupo homenaje". "El maestro se resistía, me interesaba que su obra fuese viralizada, que trascendiera fronteras para las nuevas generaciones. Luego creó el blog que lleva su nombre en wordpress, en el que volcó toda su experiencia en forma de escaneo de recortes, fotos de lesionología y tanatología con su explicación, videos con casos comentados por él, entre los que se destaca su participación el juicio oral por la tragedia de Cromañon. Sus obras La Muerte Violenta y Tanatología, investigación de homicidios. Si, esos libros que eran tan difíciles de conseguir, desde hace unos años son de libre descarga en Internet", explica sobre el interés que tenía Raffo en difundir conocimientos.

"Quiero recordarlo con el mismo respeto, cariño y agradecimiento con el que él lo hacía con sus maestros Honorio Piacentino y Pablo Emilio Bonet, o a su compañero el Dr. Osvaldo Curci. Su decisión, su ausencia ha dejado un gran vacío", termina Quiñones Urquiza a modo de despedida.

C.D./F.F.