POLICIA
revelaciones del expediente judicial

Escuchas a la banda de Fuerte Apache: “Somos mafia y zarpados de secuestrar”

Son mensajes de voz de WhatsApp que envió y recibió el supuesto cabecilla de los M-19, la organización acusada por veinte ataques extorsivos en Capital Federal y el Conurbano.

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M-19. “Pachu” Santa Cruz (centro), en el monoblock que le dio nombre a la banda que lideraba. | cedoc

“Vamos a robar amigo, yo tengo balas igual (...) Están todos los pibes hecho un loco, nosotros estamos más loco que nunca. Y bueno con quien tenes onda amigo, vamos mañana tomamos toda la villa de rehén y fue corta, esto es así amigo ¿nosotros somos mafia o no somos mafia? Somos re atrevidos nosotros, zarpados de robar lejos amigo, zarpados de secuestrar, no compramos ni con el diablo, andamos con la muerte esto es así amigo”. Los mensajes de voz recibidos y enviados por Axel “Pachu” Santa Cruz, uno de los referentes del “M19”, la banda de secuestradores de Fuerte Apache, reflejan la “amplísima gama de delitos” que cometían en diferentes puntos del conurbano y la Ciudad de Buenos Aires. Fueron, al menos 20 hechos, desde el mes de diciembre de 2016 hasta el mes de marzo de 2017.

Los audios forman parte de la causa que envió a prisión a la mayor parte de la organización que tenía como centro de operaciones el barrio de Ciudadela. Los encontraron en los celulares de Santa Cruz y de Hugo Leonardo Chrusciel, otra de las voces de mando dentro de la organización.

Chrusciel, con 33 años, organizaba al grupo -que en su mayoría, no superaba los 22, incluso, uno de sus integrantes es menor de edad- y confiaba en el criterio de Santa Cruz: “Sé del respeto que te tiene la gente, Pachu, ya sé que si vos me decís que es blanco, es porque es blanco, eso lo se de acá a Luján. Yo confío en tu palabra, es sagrada amigo”, le dijo dispuesto a comprar un chaleco antibalas sin haberlo visto antes, sólo porque su socio se lo recomendaba.

Pese a que Santa Cruz intentó eliminar las pruebas de su teléfono antes de ser detenido, borrando la aplicación de mensajería, la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP) logró recuperar la información.


Modus operandi
. Las referencias a “hacer maldad”, “robar”, “secuestrar”, “ir a trabajar”, se suceden en los audios y hablan de cómo se organizaban -quiénes cometerían los golpes qué día-, la adquisición de armas y municiones, el reparto del botín (“hacer la astilla”) y del modus operandi de la banda.

Antes de elegir el blanco, robaban un auto para cometer los secuestros extorsivos (“hacer la llave”), utilizando armas (principalmente cortas como revólveres y pistolas, aunque en determinados casos, también largas como metralletas y escopetas).

Y, si bien las víctimas fueron interceptadas tanto en la Ciudad de Buenos Aires como en la Provincia, “se ha verificado una constante: sin importar el lugar de interceptación de sus víctimas, la circulación de los captores se circunscribía a las trazas de la autopista Acceso Oeste y la Avenida General Paz. Además de ser vías rápidas que facilitaban una huida exitosa ante una eventual intervención policial, la elección de estas arterias no fue azarosa: ambas son de fácil y rápido acceso a ‘Fuerte Apache’. Así, los bandidos se valieron en todo momento de esta ubicación estratégica del barrio, ya que circulando por cualquiera de ambas vías, en cualquier momento y ante la mínima complicación, podían internarse en calles interiores y alcanzar en pocos minutos el cobijo de ‘Fuerte Apache’”, indica el pedido de procesamiento a los miembros de la banda realizado por el fiscal federal de Morón Sebastián Basso y el equipo de la Unidad Fiscal Secuestros (UFESE), a cargo de Santiago Marquevich, al que tuvo acceso PERFIL.

El movimiento de la banda del M19 en su momento de mayor vulnerabilidad -pago de rescate y liberación- ocurrió en las cercanías del barrio.

En los mensajes, los integrantes de la organización también hacían referencia a “apretar el gatillo” y la posibilidad de matar a alguien, “vanagloriándose de haber perdido el miedo”, indica el documento al que tuvo acceso PERFIL, incluso de matar policías (como expresión de deseo).

En uno de los audios, uno de los miembros relata un homicidio frustrado: “Cuando le quise dar el segundo se trabó, subió la bala a la recámara pero cuando apretaba el gatillo no salía. Se puso el seguro solo, tiré uno y cuando quise tirar el segundo…”.

Si bien la mayor parte de la banda está procesada y en prisión, aún quedan algunos eslabones sueltos. Esta semana cayó uno de los prófugos que tenía la causa (ver aparte). Habría sido herido en un enfrentamiento y debió internarse en una clínica de la localidad de Haedo.