POLICIA
Asalto en Campo de Mayo

Gestión K | El robo de armas militares se hizo costumbre

En los últimos dos años desaparecieron fusiles FAL, ametralladoras MAG, 26.000 balas de calibre 9 milímetros y hasta un misil.

Rossi: "Mi aporte al proyecto nacional será desde Santa Fe".
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El robo de nueve armas en el Batallón de Ingenieros 601, en Campo de Mayo, que informó hoy el Ejército Argentino, se suma a largo listado de episodios que se repiten cada vez con mayor frecuencia durante estos los últimos años.

Si bien esta vez fueron nueve armas “fuera de servicio”, según informaron desde el Ejército mediante un comunicado, en hechos anteriores se ha llegado a substraer fusiles FAL, ametralladoras MAG, 26.000 balas de calibre 9 milímetros y hasta un misil.

Los casos ocurrieron a lo largo de los últimos doce años de gestión, primero de Néstor y después de Cristina Fernández de Kirchner. Pero se repiten con mayor frecuencia desde que la presidenta nombró a Agustín Rossi como ministro de Defensa, el 3 de junio de 2013.

Uno de los robos históricos a las FF.AA. ocurrió a principios de este año, cuando se sustrajo un misil TOW 2 del Escuadrón Caballería Blindado 1 de la ciudad de La Plata. “Debe señalarse que el misil ausente resulta inoperable como tal, sin un lanzador específico”, explicaron en su momento la cartera que conduce Rossi, donde aclararon que “no se han detectado faltantes de los lanzadores existentes”.

Unos días después del incidente del misil, se conoció que en diciembre de 2014 se había producido un "faltante" de 26.000 balas de calibre 9 milímetros en el Batallón 603 San Lorenzo, en Fray Luis Beltrán, ubicado a unos 15 kilómetros de esta ciudad.

En ese momento, el ministro de Defensa aseguró que "como conducción política de las Fuerzas Armadas" no estaba "dispuesto a tolerar" este tipo de acontecimientos porque eran "inadmisibles". Como respuesta, el funcionario decidió cerrar el batallón y solicitó el pase a retiro del Director de Arsenales del Ejército Argentino, coronel Hugo Víctor Meola.

Antecedentes. El robo de armamentos militares no es algo nuvo. En el 2006 se descubrió un contrabando de repuestos de fusiles FAL argentinos que tenían como destino los Estados Unidos y en agosto de 2010, se reveló la sustracción de fusiles, pistolas y ametralladoras livianas del sector militar del Aeroparque.

En enero de 2011, una inspección detectó el robo de más de 20.000 proyectiles de diversos calibres del polvorín de la base aérea de El Palomar y, como si fuera poco, al mes siguiente se constató el faltante de abundante armamento en el Batallón de Arsenales 603 del Ejército: Más de 400 fusiles FAL, una ametralladora MAG y cinco ametralladoras pesadas calibre 12,7.

Un informe del ex jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina, a mediados de 2012, reveló que de los batallones de Arsenales 601 y 603 se habían sustraído entre 2010 y 2012, 274 correderas, 282 cerrojos, 288 armazones, 512 cajones de mecanismo y 45 cañones de repuesto de fusiles. Y en 2004, se supo de la aparición de fusiles FAL del Ejército en manos de narcos de las favelas de Río de Janeiro.