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La absolución del carnicero y un fallo que genera dudas

La ministra de seguridad, Patricia Bullrich, celebró la decisión de declarar inocente al comerciante. Letrados coinciden que un jurado técnico lo hubiese condenado.

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Festejo. Daniel Oyarzún al salir de los tribunales en libertad. La diputada Carolina Píparo y la ministra Patricia Bullrich dijeron que fue un “acto de justicia”. | NA

”Se hizo justicia, voy a poder seguir estando con mi hija y voy a poder ir a trabajar como hice siempre”, exclamó Daniel Oyarzún al salir de los tribunales de Zárate-Campana. Minutos antes, un jurado popular había determinado su inocencia en el hecho que lo llevó a juicio: atropelló y mató a un ladrón que lo había asaltado. Ocurrió en septiembre de 2016, a pocos metros de su carnicería, blanco del robo.

Al conocerse el fallo, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró –en Twitter– que la absolución de Oyarzún “es un verdadero acto de justicia” y consideró “histórico” el juicio. En el mismo sentido, la diputada de Cambiemos Carolina Píparo –víctima de una entradera en la que murió su bebé Isidro–  consideró que “el sentido común prevaleció” con la absolución del carnicero.

Consultada por PERFIL, la abogada y referente de la Coordinadora contra la Represión Institucional y Policial (Correpi) María del Carmen Verdú manifestó que la decisión del jurado popular “convalida lo que el discurso oficial y ciertos medios legitiman como ‘justicia por mano propia’, que no es justicia sino linchamiento extrajudicial”.

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“Del video surge sin dudas que la situación de peligro para el comerciante había cesado, porque quienes lo asaltaron habían salido del comercio y escapaban en moto. Para recuperar su dinero, el carnicero los persiguió, y, cuando por una mala maniobra cayeron al piso, arrolló al que finalmente falleció, aplastándolo contra un poste”, dijo y añadió: “Es la escena de una ejecución deliberada de una persona que –haya cometido el delito que fuera momentos antes– sólo trataba de escapar en ese momento, sin amenazar la vida ni la integridad física del comerciante. Que un jurado popular haya calificado ese asesinato como ejercicio de la legítima defensa sólo se puede explicar a partir del éxito de las campañas de ‘ley y orden’ que impulsa el gobierno macrista y que reproduce y amplía su aparato mediático, logrando así la construcción de un ‘enemigo social’ al que hay que ‘aniquilar’ como sea. Es la ‘doctrina Chocobar’ aplicada a un particular, que representa un nivel extremo de odio de clase, y concluye que recuperar $ 5 mil vale una vida”.

Margen de error. En ese mismo sentido, el abogado Marcelo Parrilli –quien aclara que está a favor del juicio por jurados– manifestó que “un jurado técnico”, sin dudas “habría condenado por homicidio o por exceso de legítima defensa a Oyarzún. En todo juicio y en los procesos penales hay un margen de error y arbitrariedad. Prefiero que sea del pueblo y no de la corporación judicial. Lo que sucede es que hay un sector muy grande de la sociedad a favor de la pena de muerte en estos casos. La absolución era cantada”.

Sergio Doutres -abogado que actuó en los casos Candela y Melina- destacó la habilidad del defensor del comerciante al elegir el juicio por jurados como estrategia para beneficiar a su cliente. “Un tribunal colegiado aplica la ley de forma muy fría, un jurado popular es totalmente distinto. La diversidad de personas que lo integran es muy importante. Por eso es clave, la selección”.

Vendió todo para pagarles a los abogados. El carnicero Daniel Oyarzún retomará su rutina el próximo lunes después de una semana cargada de tensión, pero no reabrirá su negocio. Al menos por un tiempo.

Con la tranquilidad que significa saber que no volverá a ser juzgado por este caso, el comerciante que mató a un delincuente en Zárate regresará  este lunes al frigorífico en el que trabaja desde que decidió bajar las persianas de su local.

Oyarzún se vio obligado a cerrar la carnicería Billy para pagar su defensa. “Quiere volver a tener su carnicería, pero eso va a tardar porque vendió todas sus herramientas para pagarles  a los abogados. No le quedó absolutamente nada”, dijo a PERFIL su hermana, María Cristina.

El carnicero celebró la decisión de la Justicia con sus familiares y amigos más cercanos, los mismos que lo acompañaron desde el 13 de septiembre de 2016. “Se hizo justicia, voy a poder seguir estando con mi hija y voy a poder ir a trabajar como hice siempre”, fueron sus primeras palabras, tras el fallo dictado por la Justicia.

“Nunca fui un justiciero, siempre fui un laburador. Ahora voy a poder trabajar para volver a tener mi carnicería, que es mi sueño”, agregó.

Según su familia, este lunes regresará al frigorífico esperando una ayuda para poder reabrir su local.