POLICIA
La Bonaerense, otra vez en la mira por gatillo fcil

Los Hornos: niegan la excarcelación a policías

En el marco de la investigación que sostiene por el asesinato del joven Darián Barzábal dentro de un móvil policial, el juez de Garantías de La Plata, Néstor De Aspro, rechazó el recurso presentado por los efectivos imputados.

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A pesar de que contaba con un día más para expedirse al respecto, el juez de Garantías de La Plata, Néstor De Aspro, rechazó este domingo un pedido de excarcelación para los cinco policías bonaerenses detenidos por el crimen de Darián Barzábal, asesinado de un tiro en la nuca el miércoles pasado cuando era trasladado en un patrullero de la comisaría de Los Hornos.

De esta manera, los agentes continuarán presos, uno de ellos por el homicidio de Barzábal y los otros cuatro por el delito de "encubrimiento agravado". El más comprometido es el sargento Santiago Regalía, quien está acusado de ser el autor del disparo que le causó la muerte al muchacho.

Los otros policías son el sargento Christian Gutiérrez, que anoche amplió su declaración indagatoria, el teniente primero Iván Adrián Martínez, el teniente Lucas Antonio Oyarzábal y el segundo jefe de la seccional tercera de La Plata, capitán Carlos Daniel Morales, todos acusados de "encubrimiento agravado".

Fuentes judiciales informaron que Gutiérrez pidió ampliar su declaración indagatoria ante los fiscales que dirigen la investigación, Sergio De Lucis y María Laura D'Gregorio, y brindó detalles de una reunión en la que otro de los efectivos imputados sugirió "plantar" un arma para justificar el balazo que recibió Darián.

En su primera indagatoria, el policía, que ofició de chofer del móvil en el que Barzábal fue asesinado, había dicho que Martínez lanzó la frase "vamos a plantar un perrito", en referencia al revólver calibre 32 que se utilizó para encubrir la acción del acusado de realizar el disparo, el sargento Regalía.

Esa frase, según la versión que brindó el sábado por la noche el chofer, fue dicha cuando retornaba en el móvil policial hacia la seccional, tras dejar al chico herido en el hospital San Juan de Dios.

El investigador consultado explicó que "si bien Gutiérrez ha manifestado la verdad, o lo que para él es la verdad, eso no lo exhime de la responsabilidad penal".

"Gutiérrez dijo la verdad después de haber sido detenido, hubiese sido mucho más fácil para él si lo hubiese manifestado desde un principio. Ahora sería como un arrepentido", agregó el pesquisa, quien indicó también que la responsabilidad del agente en cuestión puede en un futuro "eventualmente verse atenuada, pero esa colaboración (con la Justicia) llegó después de la detención".

Por otro lado, los investigadores determinaron además que el libro de guardia de la seccional Tercera de La Plata, que está secuestrado y en donde debía constar la detención de Darián, registraba omisiones.

Las anotaciones de novedades policiales terminan a las 23 horas del 9 de enero, aunque algunos de los policías que declararon se justificaron afirmando que "era normal" que administrativamente ese registro tuviera demoras.

El presunto caso de "gatillo fácil" ocurrió en la madrugada del 10 de enero, cuando el subteniente Luis Manuel Doratto descubrió que dos jóvenes habían ingresado a su casa de Los Hornos, presuntamente con fines de robo, y detuvo a Barzábal.

Tras dar aviso a la seccional, una patrulla de la comisaría tercera de La Plata concurrió al lugar para trasladarlo. Según determinó la Justicia, dentro del móvil el joven murió al recibir un disparo en el parietal izquierdo presuntamente efectuado por el sargento Regalía, quien está detenido acusado de "homicidio agravado por alevosía".

Tras la muerte, en el móvil se encontró un revólver calibre 32 que, según la división de Asuntos Internos del Ministerio de Seguridad provincial, había sido secuestrado en octubre de 2006 por la policía. Esto significó para los pesquisas que ese arma fue "plantada" para avalar la versión de que el menor la escondía, pretendió fugar y debió ser reprimido.

Según fuentes judiciales, los cuatro policías detenidos por encubrimiento declararon inicialmente que el adolescente tenía el revólver encontrado y se resistió al arresto, por lo que se produjo dentro del coche un incidente que derivó en su muerte. En tanto, Regalía, acusado de "homicidio agravado por alevosía", se negó a prestar declaración ante los fiscales Sergio Delucis y María Laura De Gregorio.

Una investigación administrativa realizada por la Auditoría de Asuntos Internos, sin embargo, concluyó que el revólver calibre 32 que apareció en el patrullero en el que balearon en la nuca a Barzábal no era del joven, sino de un vecino de Los Hornos identificado como Juan Carlos Gallardo, hallado muerto por causas naturales en su casa el 11 de octubre.

El revólver había sido retirado de la vivienda por personal de la comisaría en medio de una investigación de la que estuvieron a cargo de dos de los policías detenidos, el capitán Morales como jefe de turno y el teniente Martínez como jefe de control de Patrullas.

El ministerio de Seguridad había consignado el último viernes que en el relevamiento satelital de la trayectoria que hizo el patrullero, se constató que el vehículo hizo un recorrido sinuoso por la zona "a muy baja velocidad", en cuyo transcurso habrían matado al adolescente.

El último jueves, por el caso hubo una violenta protesta de vecinos frente a la comisaría tercera que culminó con cuatro manifestantes detenidos, quienes recuperaron la libertad. Ese mismo día, la cartera oficial sumó a la lista de policías puestos en disponibilidad por el caso al dueño de la casa donde se produjo el robo y a la oficial Mariana Edith González, quien como encargada del libro de guardia hubiera debido asentar allí el episodio.

Fuentes: Télam y DyN.