POLICIA
escandalo sexual en mendoza

Piden la captura de una monja por encubrir a curas pedófilos

Una monja está en la mira de la Justicia por los abusos sexuales a chicos que concurrían al Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, causa por la que ya están detenidos dos curas y tres empleados.

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Buscada. Kosaka Kumiko es japonesa y pertenece a la congregación de Nuestra Señora del Huerto. | cedoc

Una monja está en la mira de la Justicia por los abusos sexuales a chicos que concurrían al Instituto Antonio Próvolo de Mendoza, causa por la que ya están detenidos dos curas y tres empleados. La mujer es de origen japonés y la acusan por encubrimiento en presuntas violaciones perpetradas en el colegio para niños sordos.

La Justicia ordenó ayer la captura internacional de la religiosa Kosaka Kumiko. Según se informó es una monja de origen japonés, que hasta hace tres años se desempeñaba en el Instituto de Luján de Cuyo, establecimiento sobre el que recaen más de veinte denuncias por abuso contra los sacerdotes Nicola Corradi y Horacio Corbacho.

El fiscal Gustavo Stroppiana señaló, en diálogo con el sitio El Sol, que se sospecha que tapó los abusos durante años, e incluso, a una testigo que denunció haber sido ultrajada por uno de los sacerdotes a los 5 años, la monja le habría colocado un pañal para disimular el sangrado que se le había producido por los múltiples desgarros.

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La monja era quien se encargaba de cuidar a las niñas en el albergue, donde se alojaban las estudiantes que vivían lejos y por eso se quedaban de pupilas.

Por su parte, el abogado de la Asociación para la Promoción y Protección de los Derechos Humanos Xumek y querellante en la causa, Sergio Salinas, explicó que “la menor apuntó en su testimonio, en lenguaje de señas, a una monja con ‘rasgos achinados en el ojo’”, sobre la que dijo que “fue quien le puso el pañal tras la violación que sufrió la menor ocultando y teniendo conocimiento de que había sido violada, lo cual la hace cómplice primaria del delito de abuso”. Hoy la denunciante tiene 18 años.

“El hecho es muy crudo; una niña menor que fue violada anal y vaginalmente que acudió por ayuda a la monja Kumiko, quien no sólo no la ayudó, sino que no denunció y lo ocultó poniéndole un pañal para evitar el sangrado”, aseguró Salinas. Además, según reprodujo el letrado, la joven en su testimonio describió: “Una de las monjas que la golpeaba sabía lo que pasaba y además veía cuando se les exhibía pornografía. Y una vez la subieron a un cuarto para abusar de ella y en el lugar había cadenas y la esposaron de las muñecas”.