POLICIA
polemico rediseño contra el delito

Prefectos y gendarmes dejan los puestos fijos en la Ciudad

El servicio externo de dos de las seis comisarías que controlaban volvió a la Federal. Cambia el modelo de seguridad: dinámica por estática.

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Nuevo destino. Los agentes que antes estaban en la calle en barrios como Barracas o La Boca, ahora colaborarán en operativos de saturación en distintos puntos de la Ciudad y el conurbano bonaerense. | cedoc
Los agentes de Prefectura y Gendarmería que prestan servicio en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires iniciaron la retirada. El servicio externo de dos de las seis comisarías que controlaban las fuerzas militarizadas volvieron a estar a cargo de la Policía Federal, que en pocos días se fusionará con la Metropolitana.
 
De las 54 comisarías que actualmente están bajo la órbita de la Policía Federal Argentina (con la incorporación de la nueva fuerza serán 57) seis contaban con patrullajes y puestos fijos de control de las otras fuerzas federales desde 2011, a partir de una disposición de la por entonces ministra de seguridad Nilda Garré, que implementó el “Operativo de Seguridad Cinturón Sur”.

En la actualidad, Gendarmería se encarga de la seguridad externa de las seccionales 34 (Nueva Pompeya), 36 (Villa Soldati) y 52 (Villa Lugano). Prefectura, en cambio, controla sólo a la 32 de Parque Patricios, la que casualmente tiene bajo su jurisdicción a la Jefatura de Gobierno porteño. Hasta hace unas semanas tenía a su cargo las seccionales 30 (Barracas) y 24 (La Boca).

En el inicio del plan, las fuerzas militarizadas aportaban unos 3 mil hombres (1.760 gendarmes y 1.250 prefectos) y más de 250 vehículos (entre autos, camionetas, cuatriciclos y motos). Este programa había sido creado para reforzar la seguridad en las zonas con mayores índices de delitos. Y de hecho arrojó buenos resultados en los primeros años.

La idea de los encargados de la seguridad en la Ciudad es que la fusión entre la Federal y la Metropolitana sirva para reemplazar los servicios de gendarmes y prefectos afectados al operativo. Se estima que la nueva policia contará con más de 25 mil efectivos (20 mil federales y 6 mil metropolitanos).  

Polémica. La salida de Prefectura del barrio porteño de Barracas despertó bronca entre los vecinos. Los puestos fijos de control, como los que estaban alrededor del Parque Leonardo Pereyra, o en el cruce de Alvarado y Vieytes, desaparecieron. Una de las garitas fue retirada. Otra fue ocupada por la Federal, con una salvedad: antes había entre cuatro y cinco prefectos, y ahora hay un solo agente.
 
Esperar el colectivo en la esquina de Vélez Sarsfield e Iriarte es una odisea”, asegura a PERFIL una mujer que viaja todos los días a la zona sur del Conurbano.  

Según voceros consultados, el concepto de la seguridad que tiene el Ministerio de Seguridad que conduce Patricia Bullrich es más dinámica: más patrullajes (rondines) y menos puestos fijos. “Lo dinámico reemplaza a lo estático”, aseguran desde la cartera, y destacan que lo único que cambió fue la modalidad de prevención.  

No obstante, los últimos casos reportados –sobre todo en Barracas– demuestran que la zona donde antes estaban los prefectos se convirtió en un lugar propicio para robos, arrebatos y entraderas.
En junio pasado, un joven de 24 años fue asesinado delante de su novia en el barrio de Barracas. Fue en la esquina de Magaldi y Río Cuarto. Todavía estaba Prefectura, una prueba de que el delito no estaba bajo control.      

Otro concepto. De acuerdo a las fuentes consultadas para este informe en los últimos meses “hubo una redistribución” de los agentes de las fuerzas federales. El plan apunta a realizar más “operativos de saturación”, que tienen como propósito ejecutar controles vehiculares, poblacionales y recorridas periféricas, ubicándose en focos estratégicos para desalentar el delito.

En Barracas, por ejemplo, se realizaron doce de estos procedimientos en los últimos cuatros meses.
Estos operativos los realizan las cuatro fuerzas federales (Gendarmería, Prefectura, Policía de Seguridad Aeroportuaria y Policía Federal), en conjunto con la Policía de la Provincia de Buenos Aires y Metropolitana.

Según datos del Ministerio de Seguridad de la Nación, estos procedimientos permitieron la detención de 530 personas, en 7.500 puntos considerados “críticos” por su alta densidad poblacional y nivel de violencia y de delitos.

Para cada operativo se fijan entre ocho y diez puntos de control diarios, especialmente en zonas críticas, y en ingresos y egresos con gran afluencia de tránsito y/o circulación. Cada control tiene un mínimo de 15 móviles y cincuenta efectivos de todas las fuerzas que participan.

En seis meses subió el índice de victimización

La medición de agosto de 2016 del Indice de Víctimización (IVI), realizado por el Laboratorio de Investigaciones sobre crimen, instituciones y políticas de la Universidad Torcuato Di Tella, indica que subió en los últimos seis meses. Además, estima que el 28,8% de los hogares del país fueron víctimas de al menos un delito en los últimos 12 meses. Esto implica 1,3 puntos porcentuales por encima del valor observado en julio.En 2016, de cada cien hogares, 19 sufrieron al menos un robo con violencia.

Esta modalidad tiene una participación relativa de 60% sobre el total de delitos sufridos por los hogares. El hurto de objetos personales y el robo en vivienda se ubican por detrás con el 13%.El relevamiento realizado en agosto ubica a la Ciudad de Buenos Aires y al interior del país por debajo del promedio nacional, mientras que el Gran Buenos Aires se encuentra por encima con un valor del IVI igual a 32,5%.

Plan bajo sospecha

“Los puestos de Gendarmería que siguen activos tienen muy baja intervención”, dice Lucas Schaerer, dirigente de la ONG La Alameda, y enseguida explica sus razones: “Se ve una caída de la presencia. Lo que pasa es que el vínculo con el crimen organizado, la corrupción y la falta de control del Estado para sacar a los elementos corruptos, te llevan a esto”.

Schaerer reconoce que el desembarco de las fuerzas militarizadas en los barrios fue una buena experiencia en el primer año. “La gente estaba contenta. Eso es innegable”, afirma. Sin embargo, entiende que “se contaminaron” y da un ejemplo: “Los laboratorios narcos de la villa 1.11.14 siguieron creciendo pese a Gendarmería”.  

Para Schaerer la sola presencia de los efectivos no alcanza: “Necesitás construir con mayor profundidad, porque después pasa lo que vivimos ahora. ¿Por qué se va a sacar Prefectura y Gendarmería? Porque al unificarse la Policía de la Ciudad, vas a tener unas sesenta comisarías con unos 25 mil hombres sólo para la Ciudad. No hay un sólo distrito que tenga tanta cantidad de recursos invertidos en seguridad. La paradoja es que pese a tener tantos recursos y cinco fuerzas operativas no se puedan bajar los niveles de inseguridad. La única razón para esto es el crimen organizado y la complicidad corrupta de los funcionarios”.