Guillermo Gonzalo Rigoni, dueño del salón de fiestas Xanadú, en Villa La Ñata, fue el ante último testigo en declarar este sábado por la noche por la muerte de Natacha Jaitt. En el destacamento de esa localidad aún faltaba que el equipo de investigadores a cargo del caso tomara el testimonio de Raúl Velaztiqui Duarte, el amigo que acompañaba a la mediática de 42 años a la reunión con el empresario. Los dichos de Rigoni aún no trascendieron.
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¿Quién es? Rigoni tiene 45 años, vivió siempre en Ituzaingó y, según trascendió, es dueño del complejo Xanadú desde hace pocos meses. Pero el salón, en el que se que celebran casamientos y grandes eventos, no es el negocio principal de este empresario, sino Conaplas SRL, una empresa proveedora de conos y vallas que tendría como principal cliente a Vialidad del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Desde 2007 Rigoni es además uno de los accionistas de Gonzafer S.A., una inmobiliaria que comparte junto a otros familiares. A pesar de sus negocios, el empresario también es beneficiario de una asignación familiar de la ANSES que cobra desde 2016.
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Según su página de Facebook, es un apasionado por las motos. En 2011 compitió en el Campeonato de Enduro del Noreste Argentino con una Honda XR; y también suele hacer viajes con grupos por rutas argentinas con una moto Kawasaki que supera los US$ 23 mil.
La reunión. “Jaitt y Velaztiqui fueron a Xanadú para ver si las instalaciones son acordes para un evento que estaban organizando”, declaró José Vera, el abogado de Rigoni, sobre ese encuentro. Además, confirmó que dos de las otras tres personas que se encontraban allí “se trataban de un empleado del complejo de eventos y un amigo” de su defendido; pero no brindó información sobre la otra mujer presente. “Rigoni hablaba hacía poco tiempo con Jaitt y no se conocían”, agregó el letrado.
