Un ciudadano colombiano fue fusilado ayer en el partido bonaerense de San Fernando cuando se encontraba en un negocio de náutica por desconocidos que le dispararon al menos siete tiros y escaparon en moto, en un ataque aparentemente perpetrado por "sicarios" profesionales.
Voceros policiales indicaron a DyN que el ataque ocurrió minutos después de las 17, en la esquina de avenida Libertador y Cordera, de San Fernando, cuando la víctima, de 29 años, averiguaba en un negocio de náutica junto a otros tres conciudadanos y un argentino por la compra de un yate.
El joven estaba sentado en un banco junto con otro amigo cuando dos personas pasaron con una moto de alta cilindrada, estacionaron y lo llamaron por su nombre. Cuando el muchacho se puso de pie, le dispararon al menos trece veces y unos siete balazos le habrían dado muerte de inmediato.
Los atacantes escaparon, mientras que el amigo que estaba con la víctima no sufrió ninguna lesión y quedó bajo custodia policial, al igual que los otros testigos que estaban con él. "No fue ni un robo ni nada. Lo fueron a matar", dijo a DyN uno de los jefes policiales que trabajaba en la investigación.
La víctima vivía desde hacía unos días junto a otros ciudadanos de su país en un yate de Puerto Madero y habría ido hasta ese lugar a comprar un bote semirígido que iban a anexar a esa embarcación. El fiscal Diego Honorati, a cargo de la causa, investiga a qué se dedicaba la víctima y sus amistades para saber si el caso pudo haber estado relacionado con sicarios y el manejo de drogas.
Por lo pronto, sólo se sabe que en Colombia tenían negocios en el sector maderero, aunque entre los investigadores no descartaban que hubiera una vinculación con el narcotráfico.
El fiscal ordenó que se interrogue de inmediato a los tres colombianos -uno de ellos hermanos
de la víctima- que estaban en el lugar y al argentino que los había acompañado hasta el negocio
para hacer la compra de la embarcación.
El caso rememoró al crimen nunca esclarecido de Edilson Duque Ceballos y Jorge Alexander
Quintero Gartner, dos colombianos que fueron masacrados el 24 de julio del año pasado en el
estacionamientos del Shopping Unicenter, de Martínez.
En ese tiroteo donde hubo dos tiradores, sobrevivió un tercer colombiano, de 23 años, que
dijo que no sabía por qué habían matado a sus compañeros y que, un rato después del ataque, recibió
un mensaje en el celular diciendo: "ya salieron en las noticias. Muertos".
Por eso, el fiscal Honorati pidió informes a sus pares Jorge Apolo y Diego Grau, que habían
estado a cargo del caso Unicenter, para cruzar datos que permitan encontrar puntos en común entre
los dos ataques, indicaron las fuentes.
El superintendente de zona norte, Salvador Baratta, sostuvo que "indudablemente vinieron a
ajusticiar a este sujeto" y aclaró que los otros sujetos que acompañaban a la víctima "están bajo
resguardo policial y serán interrogados".
"No manejamos ninguna hipótesis. Seria irrespetuoso a dos horas del hecho, pero descartamos
de plano un intento de robo. La hipótesis la vamos a ir viendo en base a los negocios de esta
persona y los problemas que podrían tener", añadió.
También señaló que eran interrogados los testigos para intentar hacer un identikit de los
sujetos que iban a bordo de la motocicleta.
Baratta explicó que, de acuerdo a los acompañantes, los colombianos se encontraban "de visita
en el país" y en Colombia se dedicaban "al negocio de la madera".
"Van a tener que colaborar con la investigación" para aportar datos que permitan saber los
detalles que habrían motivado el crimen, añadió.
Cuando le preguntaron por la conexión con el crimen de Unicenter, el jefe policial respondió:
"hay un paralelismo, pero no podemos aventurar que sea lo mismo; indudablemente es muy
parecido".