POLICIA
los hacia posar con pistolas y posterEs de pablo escobar gaviria

Usaba a sus hijos para intimidar y terminó muerto de tres balazos

Lucio Maldonado tenía 37 años y era prestamista de dinero y armas. Fue asesinado en Rosario y le dejaron un cartel: “con la mafia no se jode”.

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Escena. El cuerpo del prestamista fue hallado el miércoles pasado a la vera de la colectora sur de la Circunvalación de Rosario. | diario La Capital

“A ver quién es el que no le quiere pagar a mi papá”. El nene de unos 8 años sonríe a la cámara mientras sostiene un arma en cada una de sus manos. El texto lo escribió su padre en uno de los tantos posteos de sus redes sociales exhibiendo pistolas, dinero, autos y joyas. Este martes Lucio Maldonado apareció muerto de tres tiros, maniatado y con un cartel entre su ropa que decía “con la mafia no se jode”. Por el momento, no hay detenidos y la investigación está “en reserva”.

Maldonado tenía 37 años y su familia había denunciado su desaparición el domingo pasado. Había ido a cenar un asado con amigos el sábado y al regresar en la madrugada a su casa se le perdió el rastro. Su auto quedó estacionado en la puerta de su propiedad en el barrio Tablada con las llaves puestas. Pero él no estaba.

Dos días después, el cuerpo sin vida de un hombre fue encontrado en Circunvalación  y boulevard Oroño, cerca del ingreso a Rosario. Tenía las manos atadas por la espalda y tres impactos de bala. El fiscal Adrián Spelta al arribar a la escena se encontró con el hombre de espaldas vestido con un short, remera y zapatillas.

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Según informaron fuentes judiciales a PERFIL, hasta el momento no hay detenidos. La investigación “está en curso con medidas libradas, pero por el momento en reserva” para no entorpecer la resolución de la causa.

El funcionario detalló en ese lugar a los medios locales que el hombre tenía un tiro en la nuca y otros dos en la espalda. Pero también describió un cartel que encontraron entre sus ropas, como una de las pistas a seguir para determinar el motivo del crimen. “Con la mafia no se jode”, decía el mensaje escrito a mano en un cartón y con un fibrón.

Un cartel similar fue encontrado hace tres meses en uno de los atentados a tiros contra edificios o propiedades vinculados con jueces que juzgaron a la banda narco Los Monos (ver aparte). Por este accionar, que superó la docena de ataques a distintos domicilios, se procesó a Máximo “Guille” Cantero (condenado a 22 años de prisión) como el cabecilla y organizador de los ataques desde la cárcel. Según la Justicia, era secundado por otros dos detenidos. Una joven sería el nexo entre los que estaban en prisión y los encargados de ejecutar el plan intimidatorio. Por esta causa hay diez acusados.

Perfil. La víctima era prestamista de dinero y armas, según se precisó. Obviamente, cobraba un interés por el servicio. “Prestaba guita, cobraba a incobrables, compraba deudas. Y para cobrar tiraban tiros, quemaban autos, lo que hubiera que hacer para que el deudor se pusiera al día”, cuenta un allegado a la víctima, según publica el diario La Capital.

Maldonado tenía antecedentes delictivos por tentativa de extorsión y portación de armas, pero por ambas causas había sido sobreseído. También le iniciaron una causa por amenazas.

En las redes sociales, Maldonado exponía gran parte de su vida. Dinero, joyas, viajes al exterior, armas y su admiración por Pablo Escobar Gaviria, el famoso narcotraficante colombiano.  

En su casa tenía pegados pósteres del narco asesinado en 1993 y se pueden ver imágenes de sus dos hijos posando con el póster de Escobar Gaviria. Lo admiraba y hacía alusión a él en varios de sus posteos.

Los fajos de billetes son otro de los distintivos entre sus fotos. En una de las imágenes está con dos amigos exhibiendo dólares y pesos.

“Para que vayan sabiendo con quién están tratando”, posteó el año pasado en su red social mostrando un arma de alto calibre. Un mensaje en la misma sintonía utilizó para poner una foto de su hijo manipulando dos armas.

“Siempre dije que por cada decepción o cada problema que tenga me iba a autorregalar algo de oro. Si sigo así voy a tener el oro del mundo jajaja”, escribió para mostrar una de sus adquisiciones. Un gran número de cadenitas colgaban de su cuello y sus dedos estaban decorados con anillos dorados en las distintas imágenes. Hasta su perrito de raza Yorkshire Terrier tenía una.

Armas largas, armas cortas. Todas eran exhibidas sin reparo en su Facebook. Pero esta vida sin aparentes límites llegó a su fin hace una semana, coincidente con el día de su desaparición. Aún queda determinar quién ejecutó los tres disparos y si está vinculado con uno de esos clientes incobrables que decidieron no pagar su deuda o con la “mafia” que rezaba el mensaje que dejó el autor de los disparos.

El sello de Los Monos. Entre la ropa de Lucio Maldonado había un cartel que decía “con la mafia no se jode”. Estaba escrito a mano y con fibrón. Esa frase ya se había leído en las crónicas policiales rosarinas. Hace tres meses esa leyenda apareció en las inmediaciones del departamento atacado a tiros de una jueza que había juzgado a la banda Los Monos.

El ataque se produjo el 3 de agosto pasado en la calle Libertad al 300, lugar en donde había vivido la jueza Marisol Usandizaga, integrante del tribunal que condenó a Los Monos. Ese ataque fue parte de una seguidilla de balaceras entre mayo y agosto último que tuvieron como objetivos distintas propiedades de magistrados y organismos judiciales.