POLITICA
visita de obama

Acuerdo para ampliar la cantidad de agentes de la DEA en Argentina

Acercamiento. Con los servicios de inteligencia de EE.UU.
| Cedoc Perfil
Estados Unidos aumentará la cantidad de agentes permanentes de la agencia antinarcóticos (DEA) en la Argentina y reabrirá la oficina de Salta, que había sido clausurada cuando crecieron las diferencias entre el gobierno de Cristina Kirchner y la administración norteamericana.
En el mejor momento de la relación, la DEA tenía seis agentes permanentes en la oficina de Buenos Aires. Durante la crisis los redujo a tres. Ahora volverá a su número original, según informaron fuentes judiciales, en el marco de la decisión del gobierno de Mauricio Macri de recomponer el intercambio con las agencias de inteligencia de los Estados Unidos y la visita de Barack Obama a la Argentina.
El número de agentes siempre alude a los permanentes, ya que la DEA usa para sus operativos miembros encubiertos de cuya presencia  no informa a los gobiernos.
La DEA tiene una agenda propia que depende de las preferencias políticas y de seguridad de los Estados Unidos. Sus agentes formaron parte de las tareas de inteligencia de los principales operativos de captura de jefes narcos extranjeros que se ocultaban en la Argentina. Pero sus prioridades no siempre coinciden con las urgencias para enfrentar el narcotráfico doméstico. De todas formas, en el Gobierno añoran sobre todo acceder al intercambio de información que maneja la agencia antinarcóticos.
Durante el kirchnerismo, la relación con los servicios de inteligencia de Estados Unidos se quebró, en una decisión que impactó tanto en la separación de los viejos jefes de la Secretaría de Inteligencia, que interactuaban con la CIA, como en el enfriamiento del intercambio con la DEA por parte de las fuerzas policiales.
 Como reconstruyeron Virginia Messi y Juan Manuel Bordón en el libro Narcolandia, la DEA redujo su personal en Argentina paulatinamente, hasta que en 2012 mudó a su oficina de Uruguay gran parte de las operaciones que antes cubría desde Buenos Aires.
Con fuerzas de seguridad perforadas por el narcotráfico, como quedó en evidencia con la insólita persecución de los hermanos Lanatta y Schillaci, y servicios de inteligencia en ebullición política, el macrismo avanza con alianzas con el extranjero en un intento de mejorar su fortaleza en el área de seguridad. Tarea hasta ahora dificultosa.
La ampliación de la presencia de la agencia antinarcóticos formó parte de las conversaciones entre la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el secretario Eugenio Burzaco, con el director de la DEA, Chuck Rosenberg, en Washington. El nuevo jefe de la Policía Federal, Néstor Roncaglia, fue formado precisamente por la DEA. Sus nexos aún están activos.