La encargada de lograrlo es la titular del PAMI, Graciela Ocaña. Ya intentaron seducir a Marcela
Rodríguez, pero la legisladora les indicó que “si quieren otro borocotazo” no piensen
en ella.
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Cedoc
“Si quieren otro borocotazo, no piensen en mí”, advirtió Marcela Rodríguez. De esta manera, la legisladora del ARI ponía en evidencia la nueva maniobra del Gobierno: convertir a dirigentes del partido de Elisa Carrió en firmes kirchneristas.
La titular del PAMI, Graciela Ocaña, es la encargada de lograrlo y, desde hace unas semanas, tiene en la mira a la legisladora Marcela Rodríguez, una de las únicas personas dentro del partido que se anima a hacerle frente a Carrió. Las diferencias entre las dos se hicieron públicas en referencia al proyecto de ligadura de trompas al que, claro, Carrió se opone y ella apoya.
La elección de Ocaña no es azarosa. La titular del PAMI formó parte de la corte de Carrió y fue una pieza fundamental del ARI en sus primeros pasos. En esos momentos, Alfredo Bravo y Elisa Carrió habían decidido patear el tablero de la Alianza y comenzar de nuevo.
Con el tiempo, Ocaña se convirtió en la primera escolta de la líder chaqueña. Hasta que el presidente Néstor Kirchner la sedujo con un cargo en su gestión, nada menos que la titularidad del PAMI, la obra social de los jubilados. Allí, la ex arista controla una caja de más de 3 mil millones de pesos.
La relación con Carrió, sin dudas se había enfriado. Ocaña renunció al partido y firmó luego, en tiempos de campaña electoral, una solicitada junto a otros funcionarios ex partidarios del ARI en la que aseguraban que Carrió era autoritaria, entre otras críticas a su ex líder.
Desde ese momento, Ocaña es considerada una “traidora” dentro de las filas del ARI. Algo que, seguramente, será reforzado si cumple su nuevo cometido.
