Allanaron dos oficinas ligadas a Báez y a los Kirchner por el caso de los hoteles

Nuevamente el empresario K Lázaro Báez está en el ojo de la tormenta, en una semana que lo tuvo casi como protagonista excluyente. Otra vez sufrió un allanamiento por parte de la Justicia.Ayer, último día hábil de una semana que Báez también recordará, el juez Penal Tributario Nº1 Javier López Biscayart, el mismo que investigó y encontró elementos de prueba en el llamado Caso Skanska, ordenó allanar las oficinas del empresario en el Pasaje Carabelas al 200 y de la flamante empresa Ideas Hoteleras en Lima al 300. Hasta allí llegó una división de la Policía Federal. En el único ambiente que ocupa la central de reservas de los hoteles de la familia presidencial, frente a la avenida 9 de julio, se habrían secuestrado unas 3 cajas con documentación sensible, 7 computadoras. En el Pasaje Carabelas, los sabuesos estuvieron cuatro horas y se llevaron varias agendas, unas cinco computadoras y cajas con documentación.

La decisión del magistrado se apoya en la denuncia realizada el martes 17 por los diputados nacionales Elisa Carrió y Fernándo Sánchez quienes acusaron por presunto lavado de dinero a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner; al fallecido ex presidente, Néstor Kirchner y al empresario y amigo de la familia. Según la denuncia, la operación de lavado de dinero se habría llevado a cabo desde las empresas de Báez hacia los hoteles Los Sauces, Alto Calafate y Las Dunas, vinculados a los Kirchner, a través de Valle Mitre S.A, la empresa creada para gerenciar los hoteles y que en los papeles manejó Leandro Albornoz, el escribano de Báez. López Biscayart actuó tras tomar declaraciones a denunciantes vinculados al caso. Además porque el domicilio fiscal de las firmas cuestionadas están en Capital Federal, donde él tiene competencia.

Esta semana también se conoció que por un acuerdo confidencial entre Báez-Kirchner para garantizar la ocupación de los hoteles K, habrían pasado al menos unos 14,4 millones de pesos. Quien lo confirmó sin quererlo fue el secretario General de la Presidencia, Oscar Parrilli, que salió el martes a desprestigiar la investigación del diario La Nación y señaló que los contratos en cuestión son apenas “una cuestión entre priovados”. Paraciera que a pesar de los diez años ejerciendo ese rol, Parrilli aún no se enteró que si involucra a la familia presidencial no se trata de algo privado.

Sin embargo, también ayer se conoció que desde el mes de agosto de este año Valle Mitre S.A dejó de gerenciar los hoteles K,  y desde entonces lo hace Idea S.A, una de las firmas allanadas ayer y que fue creada en setiembre de 2011 por Carlos Alberto Sancho y María José Fernández Clark, socios a su vez de Máximo Kirchner en Negocios Inmobiliarios S.A, la inmobiliaria de Río Gallegos que administra los bienes de la familia presidencial. Voceros de Báez le confirmaron a la revista Noticias esta información y afirmaron que Báez “le devolvió el hotel a Cristina”, aunque no quisieron explicar por qué. Que Carlos Sancho controle hoy Ideas S.A es como si lo hiciera el propio Máximo, ya que se conocen desde que el primogénito era adolescente.

La primera vez que el empresario decidió enfrentarse a los medios fue cuando en el otoño pasado el programa PPT, que conduce Jorge Lanata, reveló la trama de los vuelos privados que iban y venían cargando valijas con euros, dólares y pesos.

Es probable que Baéz haya presentido, esta semana, que otra vez sus manejos económicos con la familia presidencial quedaban expuestos y por eso volvió a hablar. Avisó que presentó en la justicia una medida cautelar para que los medios no revelen información vinculadas a sus empresas. En la Argentina eso, aún es censura.