POLITICA
23° aniversario

AMIA: piden pruebas del supuesto atacante suicida en Estados Unidos

La UFI realizó pedidos a organismos norteamericanos para cotejar la información genética del atentado

Atentado a la AMIA: ocurrió el 18 de julio de 1994. Saldo de 85 muertos y 300 heridos.
Atentado a la AMIA: ocurrió el 18 de julio de 1994. Saldo de 85 muertos y 300 heridos. | Cedoc

Desde el fallecimiento del fiscal Alberto Nisman, el equipo de fiscales a cargo de la Unidad Fiscal de Investigación AMIA (UFI-AMIA) continúa relevando pruebas y tomando muestras genéticas de familiares de las víctimas del atentado en busca de identificar restos humanos. Según pudo confirmar PERFIL, en base a fuentes de la causa, la clave para definir si hubo un atacante suicida estaría en una serie de pedidos de información cruzados a organismos de los Estados Unidos.

El trabajo realizado con colaboración del Instituto Argentino de Antropología Forense, entre otros organismos, permitió identificar con certeza científica la identidad de la víctima número 85, Augusto Jesús Daniel, que por primera vez tuvo su vela en el tradicional acto conmemorativo del martes, que organizó la mutual israelita por un nuevo aniversario. También permitió identificar un ADN que no se corresponde con ninguna de las víctimas ni sus familiares, según se anunció hace dos semanas.

El equipo de fiscales, que hoy integran Roberto Salum, Leonardo Filippini y Santiago Eyherabide, busca medios para contrastar las hipótesis de trabajo establecidas en los dictámenes de Nisman. Antes de contar con los resultados, preveían que el hallazgo de material genético no identificado podría ser una vía para definir si hubo un atacante suicida, como sostuvo Nisman desde 2005.

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Por esta razón, los fiscales libraron un exhorto a las autoridades del estado de Michigan, EE.UU, donde habría muestras de sangre de los hermanos de Hussein Berro, Hassan y Abbas, que fueron detenidos en dicho estado e interrogados por Nisman y el fiscal Marcelo Martínez Burgos, que por entonces compartía la conducción de la UFI AMIA.

Además, La UFI extendió otros pedidos al FBI y la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF). Ambos organismos tendrían, según surge de un minucioso análisis de las actuaciones, distintos elementos probatorios que podrían ayudar a develar el enigma del presunto atacante suicida.

En 1998, un equipo del FBI dirigido por el agente James Benazzi colaboró en la investigación con la SIDE y la Policía Federal. Esta colaboración habría implicado el envío de muestras a EE.UU, incluido un trozo de tela rescatado de la camioneta Traffic utilizada en el ataque con manchas de sangre. Informes posteriores hablan de una “pieza de lienzo” que parecía contener sangre seca.

Esta pieza clave para la investigación está desaparecida y como muchas otras no hay registros exactos de su paradero. Este y otros elementos esperan rastrear los fiscales para completar el relevo de pruebas, por lo que en abril de este año enviaron un pedido de colaboración al FBI y la ATF, además de extender el pedido a funcionarios de la embajada en Buenos Aires.

La esperanza es que aún estén disponibles en las oficinas del FBI o la ATF elementos que sean útlies para dilucidar con elementos periciales si existió o no un atacante suicida. Con 23 años desde el atentado, la dificultad es grande y el mensaje principal de los fiscales es la prudencia.

Sin embargo, ya hubo hallazgos que permiten tener esperanzas de que pueda haber algún avance. Los fiscales lograron, por ejemplo, rastrear una serie de muestras patológicas con fragmentos de la Traffic en un depósito perdido de la Policía Federal. Supieron que existían estas muestras por un video de las autopsias que permanecía en un depósito de la ex SIDE (y nunca había sido incorporado a la causa por parte de Nisman). El estudio de estos elementos, aportó una prueba de alta certeza sobre el uso de una camioneta como vector de la bomba.