POLITICA
Cumpli 84 aos

Antonio Cafiero: el justicialista con más "horas de vuelo" político

El ex senador bonaerense Antonio Cafiero festejó su cumpleaños junto a los amigos de siempre y buena parte del tinglado del PJ, que no lo abandona.

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Cafiero brinda junto a su familia y amigos en la casona de San Isidro. | Mariano Solier
Rodeado de amigos y "compañeros justicialistas", Antonio Cafiero celebró desde el mediodía, con empanadas, tinto y sándwiches de asado criollo, de bondiola, provoletas y chiripanes por doquier, su cumpleaños número 84.

El ex senador, pieza fundamental en la denuncia por las coimas del Senado, estuvo acompañado por uno de sus hijos, Juan Pablo; Mario, en cambio, brilló por su ausencia.

No estuvieron ausentes los conocidos de siempre: el jefe de Gobierno porteño y antiguo vocero de Cafiero, Jorge Telerman; el ex secretario de Deportes,  "Pato" Fernando Galmarini; el insólito ex menemista Moisés Ikonicoff; el ex ministro Miguel Unamuno; el histórico dirigente de la "gloriosa" Juventud Peronista, Juan Carlos Dante Gullo; el secretario de Medios y Publicidad Oficial, Enrique Albistur; y el ministro de Justicia, Alberto Iribarne, entre otros. También paseó su figura por allí el peridista Mariano Grondona.

Pasado el mediodía seguían llegando a la casona de San Isidro, donde vive Cafiero desde hace tres décadas, amigos y dirigentes partidarios. Más de 200 personas podían contarse, caminando por los espaciosos y cuidados jardines del más veterano y a la vez vital hombre del peronismo.

La torta de cumpleaños, cuyas velas sopló Cafiero, estaba coronada con un 8 y un 4 de color azul y amarillo, en homenaje a su debilidad futbolera: Boca Júniors. Y aunque nadie le cantó el "feliz, feliz en tu día", Cafiero dispuso de un micrófono para agradecer a todos los presentes y autohomenajearse con un deseo: "!Ojalá que sean muchos más!", dijo antes de que todos estallaran en un cerrado aplauso y tartarearan, los más inquietos, la Marcha Peronista.

La nota divertida la dio Telerman quien, como todo el mundo sabe, preferiría ser director del Museo del Louvre antes que lidiar con la interna caníbal de la ciudad de Buenos Aires. Telerman se encontró con Ikonicoff, ex funcionario y ciudadano francés. Ikonicoff no tardó en lanzar el chiste: "!Che, acá el único afrancesado soy yo!".