Desde que Néstor Kirchner aceptó el desafío y arrancó su campaña presidencial en el 2003, un secreto a voces empezó a circular por el mundo del peronismo santacruceño. Se decía que Arturo Puricelli, ex gobernador de la provincia e histórico enemigo del fallecido expresidente en la interna del PJ local, comentó a sus coterráneos: “Si 'Lupín' llega a la presidencia, vuelca en la primera curva”. Un par de años después la realidad lo encontró en otro lado.
Su antes rival lo convocó para que asuma al frente de Fabricaciones Militares. De ahí, con la ida de Nilda Garré a la cartera de Seguridad, llegó al ministro de Defensa. Y el funcionario agradeció de buena forma: fue el principal aportante entre los miembros del Gobierno nacional para la campaña de la presidenta Cristina Fernández en las pasadas primarias el 14 de agosto.
En la Casa Rosada buscaron lavarles la cara a los aportes privados que financiaron su andamiaje proselitista. Luego del escándalo de los laboratorios, la mafia de los medicamentos, el triple crimen mafioso de General Rodríguez y la ruidosa salida del exrecaudador K, Héctor Capaccioli, el Frente para la Victoria (FPV) esta vez entregó una lista de financistas atestada de miembros del Gabinete nacional en vez de empresarios privados.
El que más se destaca es Puricelli: dejó 40.000 pesos. Lo hizo en dos partes: un depósito inicial de 10.000 pesos y otro de 30.000, entre el 8 y el 11 de agosto, sobre el filo de las elecciones en las que la jefa de Estado sacó más del 50 por ciento de los votos.