POLITICA
plan navidad

Bono, alimentos, pan dulce y juguetes para contener las protestas

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Reclamo. La semana pasada, hubo varias marchas en el centro porteño. El oficialismo prevé nuevas movilizaciones en estos días. | Telam
En plena ebullición de las organizaciones sociales, piqueteras y partidos de izquierda, el Gobierno prepara, en silencio, su Plan Navidad para intentar contener las protestas callejeras y la demanda social para las fiestas.
Los funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social que conduce Carolina Stanley vienen trabajando en varias líneas de acción. En primer lugar, a pesar de cierta reticencia del vicejefe de Gabinete, Mario Quintana –quien actúa como “controller” de la cartera–, se está terminando de definir de cuánto será el bono especial para las 250 mil personas que reciben los planes Trabajar y Ellas Hacen.
Por estos planes, por los cuales se les asignan tareas a las cooperativas barriales y vinculadas con organizaciones sociales, cada persona realiza trabajos de cuatro horas cinco veces a la semana y percibe $ 4.400. Por ello en el Gobierno analizan otorgar $ 2.200 como extra por única vez antes del 30 de diciembre. En este punto, muchas organizaciones sociales vienen quejándose de que no son recibidas en el Ministerio de Trabajo. Quintana es también quien coordina la cartera laboral en la llamada “mesa social”, en la que confluyen Salud, Educación y Anses, entre otras.
Otro aspecto tiene que ver con el reparto de alimentos. Según reconocen en el Ejecutivo, hubo demoras en octubre y ahora planean repartir 10 millones de kilos de alimentos para las organizaciones sociales. A ello se le suman más de un millón de kits navideños, una caja especial con turrones, una lata de durazno, pan dulce y confituras, entre otras cosas, para repartir entre los más necesitados.
Finalmente, los depósitos del Ministerio de Desarrollo Social comenzaron a llenarse de juguetes: unos 800 mil serán repartidos por todo el país, con la ayuda de municipios y provincias.
A pesar de ello, en el Gobierno apuntan que gran parte de las protestas que se vieron en la 9 de Julio y en el centro porteño tuvieron que ver con las reformas laboral y previsional, y no con reclamos puntuales. A excepción del acampe del Partido Obrero, que realizó una protesta pidiendo más planes sociales. Cuando llegó el macrismo al poder, en diciembre de 2015, no manejaba ni un plan Trabajar. Hoy tiene unos cuatro mil pero la semana pasada reclamó cinco mil más: un 120% de aumento. Siquiera fueron recibidos mientras duró el acampe en plena 9 de Julio.