Cristina Kirchner pasa la Navidad junto a sus hijos, Máximo y Florencia, y a sus nietos, en Buenos Aires. La decisión de quedarse y no viajar a Santa Cruz tiene que ver con su actividad en el Congreso.
El miércoles hará su debut en el Senado, durante la sesión en la que se discutirá el Presupuesto que envió el gobierno nacional y también la reforma tributaria.
La ex presidenta faltó a la cita de comisión en la que el oficialismo emitió dictamen de los cambios a los impuestos. El jefe del bloque K, Marcelo Fuentes, presentó dictamen propio por pedido de CFK. Es la política económica casualmente lo que más cuestiona Cristina del gobierno de Mauricio Macri.
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El jueves, en una catarata de tuits, la senadora criticó el aumento en la informalidad laboral (“trabajo de peor calidad, con menos derechos”, dijo), apuntó contra el endeudamiento (“es una hipoteca que pagarán los argentinos”, aclaró) y trazó un panorama desalentador para el futuro. “Deuda descontrolada, aumento del déficit fiscal, comercial y de la cuenta corriente sin precedentes, crecimiento de la pobreza y la indigencia, inflación, tarifazos, precarización laboral y reformas. Estas políticas, como el yogur, tienen fecha de vencimiento”, vaticinó.
En la sesión del miércoles, la ex presidenta repetirá esas críticas y hará otras, según precisaron en el espacio político que ella comanda.
Luego, Cristina tiene previsto volver a Santa Cruz para descansar. El receso parlamentario se extenderá, como mínimo, hasta febrero.
