Traza su comparación diciendo que al producir un ajuste nunca antes visto en Inglaterra, la dama de Hierro necesitó revertir su descenso en la consideración popular, lo que la llevó a utilizar el conflicto bélico del Atlántico Sur para distraer la atención y conseguir una victoria electoral hacia 1983.
Si echamos una mirada al panorama que enfrenta el actual gobierno británico encontraremos más de una similitud con el que se vivía en aquel entonces. Al igual que durante la llamada crisis del petróleo, El Reino Unido está viviendo las consecuencias de la desaceleración económica global, con una caída en el PBI del 0,2% en el último trimestre.
Perteneciente como Thatcher a los tories (forma en que se denomina a los seguidores del Partido Conservador), Cameron ha efectuado en materia de Defensa el mayor recorte presupuestario de la historia reciente británica. Esta política es resistida tanto por opositores como por las autoridades de las fuerzas armadas quienes lo acusan de estar dejando a las fuerzas en un estado comparable a las guerras napoleónicas. Es en ese marco que el tema Malvinas sirve de bálsamo en pleno año de elecciones.
Las sobreactuación al acusar de colonialista a la Argentina, junto al incremento del número de tropas que custodian las islas, el envío de buques de guerra junto a la provocadora llegada del Principe heredero, nieto de la Reina Isabel para realizar instrucción militar configuran una estrategia tan predecible como desesperada que pasa desapercibida ante la mirada de Lloret. Desoír en forma sucesiva las resoluciones dela Asamblea de la ONU tampoco parece llamar la atención del cronista.
Frente a esta cadena de arbitrariedades el gobierno argentino reaccionó con firmeza y sobriedad al encauzarlo por los caminos de la diplomacia. La Presidenta presentará un reclamo ante el Consejo de Seguridad que, tal como asegura Lloret, cuenta con la presencia y Derecho a Veto de la potencia británica. Las instituciones globales
tienen estas injusticias estructurales, sin embargo son la institucionalidad realmente existente. ¿Se las puede pasar por alto al formular un reclamo pacífico?
Un hecho subestimado por la nota de Perfil y por gran parte de los medios es la reapertura del Informe Rattenbach. Aquel documento condenaba a la destitución y pena de muerte a Galtieri mientras que desnudaba las miserias de Astiz y compañía quienes se rindieron sin efectuar disparos. ¿Existe un hecho más en las antípodas de las actitudes de Margaret Thatcher que develar la irresponsabilidad y cobardía con la que la Junta Militar argentina llevó a la muerte a los conscriptos argentinos?
Por último los signos de agotamiento del kirchnerismo con que termina su nota, estarán en su imaginación, pues hace menos de seis meses ha sido plebicitada en las urnas con el 54% de los votos del pueblo argentino para cuatro años mas de mandato.
La malvinización de la agenda la presentó Inglaterra con los hechos mencionados precedentemente y si la Presidenta no llevó adelante el cierre del espacio aéreo para vuelos con destino a Puerto Argentino, como hubiera sido el gusto del editorialista es porque se siente gobernante también de esas tres mil personas que pueblan las islas y que serían las únicas perjudicadas por la medida.
Por lo que en lugar de comparar a Cristina Fernandez con Thatcher, sería bueno que lo comparara con Mahatma Gandhi en su lucha contra el colonialismo británico para la independencia de la India.
