Las 9:30 de este martes 30 de Octubre marcarán el comienzo del primer juicio oral y público contra el empresario y presunto testaferro de la familia Kirchner, Lázaro Báez. Acusado de lavado de dinero, Báez está preso desde abril de 2016, por orden del juez de la causa, Sebastián Casanello, por lo que ese día llegará a los tribunales federales de Comodoro Py a bordo de un camión del Servicio Penitenciario Federal (SPF). En la sala AMIA, en el subsuelo del edificio del barrio de Retiro, volverá a ver a sus cuatro hijos: Luciana, Martín, Leandro y Melina, quienes como él son parte de los 25 procesados en el caso, que se inició en abril de 2013 y avanzó hasta convertirse en un gigante con cientos de cuerpos, miles de fojas y más de una decena de acuerdos de Cooperación Internacional.
Con el número 3017/2013, la causa se hizo conocida como “la ruta del dinero K” y este es el primer tramo en llegar a debate. La instrucción estuvo a cargo de Casanello con la fiscalía de Guillermo Marijuan, en tanto que el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 4 llevará a cabo el juicio en el que además de Báez y sus hijos, tendrá en el banquillo de los acusados a Leonardo Fariña, Federico Elaskar, Fabián Rossi, el abogado Jorge Chueco y el contador Daniel Pérez Gadín. Al igual que el resto de los acusados, todos están imputados por los delitos de encubrimiento y lavado de activos.
Los jueces encargados del debate, en el que declararán 91 testigos, son Néstor Costabel, María Gabriela López Iñiguez y Adriana Palliotti. El fiscal será Abel Córdoba y las querellas serán las de la AFIP, la Oficina Anticorrupción (OA) y la Unidad de Información Financiera (UIF).
Otros tramos del caso siguen en etapa de instrucción y allí fue indagada el mes pasado, CFK. Fue por orden de la Sala II de la Cámara Federal de Apelaciones, pese a que en el expediente no se encontraron pruebas contra la ex mandataria y hasta Fariña, arrepentido en el caso, y quien entregó importante información, aseguró que todas las maniobras se hacían a espaldas de ella. Pero los camaristas, Martín Irúrzun y Mariano Llorens, consideraron que era “dable” entender que CFK tuvo “vinculación con al menos parte” de los 60 millones de dólares que habría lavado Báez y ordenaron la citación. En tanto que Leopoldo Bruglia votó en disidencia.
La figura de Fariña despierta interés en el juicio. En abril de 2016, dos días después de la detención de Báez, se convirtió en “arrepentido”. Desde entonces está dentro del Programa de Protección de Testigos e Imputados, del Ministerio de Justicia y tras el juicio se evaluará su aporte a la causa y la posible reducción de su pena, en caso de ser condenado.
Su testimonio fue un eslabón importante en el caso que, desde su inicio, creció hasta tener más de 200 cuerpos, 500 cajas de documentación y un número similar de allanamientos ordenados por Casanello, en el que sólo en uno de los primeros de operativos se secuestraron 130 bultos (entre documentación, computadoras, discos externos, etc). El caso también suma un récord con más de 10 de acuerdos de Cooperación Internacional, en pos de reconstruir la ruta del dinero. Además hay dos aviones y decenas de propiedades embargadas, y dinero depositado en una cuenta judicial del Banco Nación.
En 2016, la detención de Báez disparó intentos para desplazar a Casanello del caso. La avanzada incluyó que dos personas -Gabriel Fabián Corizzo y Carlos Marcelo Scozzino- afirmaran haber visto al magistrado en la Quinta de Olivos, lo que quedó demostrado que era mentira. Corizzo y Scozzino fueron procesados por falso testimonio, por el juez Luis Rodríguez, en tanto que al momento de confirmar esos procesamientos, la Cámara Federal de Apelaciones, ordenó también develar quiénes estaban detrás de la maniobra. Así, en el marco de esa investigación están a un paso de ser indagados como instigadores de la maniobra para desplazar al juez, el fiscal con paso por la inteligencia macrista, Eduardo Miragaya, y Santiago Viola, ex abogado de los hijos de Báez.
