POLITICA
Lesa Humanidad

Conceden prisión domiciliaria a Miguel Etchecolatz

Lo decidió el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6. El represor residirá en Mar del Plata.

Miguel Etchecolatz, represor condenado a prisión perpetua
Miguel Etchecolatz, represor condenado a prisión perpetua | Cedoc

El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 decidió este miércoles otorgarle la prisión domiciliaria al represor condenado a prisión perpetua Miguel Etchecolatz, quien en los próximos días será trasladado a una vivienda en la ciudad de Mar del Plata.

Los jueces José Martínez Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero entendieron que Etchecolatz cumple con los requisitos del artículo 10 del Código Penal y en el artículo 32 de la ley 24.660 para recibir la domiciliaria.

En el fallo, remarcaron "que la situación del imputado –quien cuenta con 88 años y diversas dolencias- encuadra dentro de las previsiones de la normativa reseñada, tratándose del geronte con mayor edad en institución carcelaria en todo el ámbito penitenciario federal".

Esto no le gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Etchecolatz, responsable de La Noche de los Lápices, está condenado en seis causas por delitos de lesa humanidad.

Preso hasta este momento en la cárcel de Ezeiza y condenado por robo de bebés, secuestros, torturas, asesinatos y desapariciones, Etchecolatz fue jefe de Investigaciones de la Bonaerense y mano derecha del por entonces jefe de la fuerza, Ramón Camps.

En los juicios por delitos de lesa humanidad a los que fue sometido se comprobó que él era el jefe directo de los al menos 21 centros clandestinos de detención que hubo en la Provincia en los años de la dictadura.

Se retiró de la Policía en 1979, cuando tenía 50 años. En 2006, en La Plata, declaró ante el tribunal que juzgaba a Etchecolatz una de sus víctimas, Julio López. A los pocos días, López desapareció y su destino es aún un enigma y una cuenta pendiente de la democracia.