POLITICA
EL HUMOR AL PODER

Consejos para ganar, gustar y trolear

Mauricio Macri
El presidente Mauricio Macri. | Presidencia

Como ya todos conocen, dispongo de un extenso currículum de servicios prestados que van desde el diseño de imagen de un candidato a presidir el centro vecinal de Ampliación Maluma Anexo, hasta la elaboración de la campaña de un muchacho que quería ser el empleado del mes en una hamburguesería de Ronaldtown, en Massachusetts, Estados Unidos de América. Pero no voy a extenderme aquí sobre los méritos que he demostrado a lo largo de mi trayectoria, tan dilatada como la grieta que separa a José Luis Espert de Nicolás del Caño. Simplemente, quería aclarar que no soy novato en estas lides y que mi nombre es sinónimo de satisfacción garantizada (excepto para mi esposa). Aunque jamás voy a revelar a quién estoy asesorando en este momento, aprovecho la oportunidad que me brinda este conspicuo medio para dar mi opinión sobre cómo debe - rían hacer los postulantes a ocupar cargos políticos, para alcanzar su objetivo. Se trata de un humilde aporte de mi parte, aunque hacer gala de humildad me cuesta más que a Luis Juez quedarse callado. Me comprometo a decir lo que haya que decir y espero que tomen a bien mis palabras, no como esa vez que le pedí a un cliente que posara sonriendo para la foto, y casi me mata porque le faltaban dos caninos, tres incisivos y un premolar.

En esta semana, por ejemplo, me pareció muy bien que el presidente Mauricio Macri, en su visita a Córdoba, se reuniera con gente experimentada en lo suyo, como Mario Pereyra y Felipe Lábaque. Pero eso no le sirve para consolidarse en el segmento juvenil, que es donde tiene menos arraigo según las encuestas. Para la próxima visita, yo le recomiendo grabar un video con los chicos de Hecatombe o pedirle a Ulises que lo invite a cantar ‘Intento’ en un baile (pero evitando la parte que dice: “Y todavía, ando buscando la salida de este laberinto”). También creo que fue correcto que Macri no privilegiara ni a Mario Negri ni a Ramón Mestre cuando encabezó el acto en Fadea, aunque tal vez no debió haber gritado “¡¡Ooooso!!” cada vez que los esquivaba. Mejor hubiera sido que remedara el chiste de Carlitos Balá y les dijera: “Toco el aire y no te toco”, porque seguramente muchos de sus votantes septuagenarios iban a apreciar ese guiño.

Considero que el Presidente no debería descuidar la influencia que tienen hoy los niños sobre las decisiones de sus padres. Sugiero, al respecto, que se saque una foto junto a Solcito Fijo, pero poniendo mucho cuidado con el lugar donde posa su mirada. Por el otro lado, en los últimos días fue muy intenso el coqueteo de los dirigentes del kirchnerismo cordobés, que buscan seducir a los peronistas de Hacemos por Córdoba para que apoyen la lista de los Fernández. Como sería exagerado abordarlos a través de Tinder, quizás podrían utilizar recursos menos extremos y más eficaces. Por ejemplo, no estaría nada mal que Pablo Carro empeza ra a usar pantalones de tiro alto. O que Gabriela Estévez inaugurase un ateneo popular en barrio General Bustos. O que Martín Fresneda se confesara fanático de Rácing de Nueva Italia.

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Espero que no me malinterpreten, porque lo mío es apenas un desinteresado consejo que tiende a corregir lo que a mi entender son errores pequeños. Yerros que, si se profundizan, obligarían a los candidatos a olvidarse de sus aspiraciones políticas y empezar a entrenarse para “Bailando por un sueño” o para ‘¿Quién quiere ser millonario?’. En este caso, no duden en llamarme: en mis ratos libres, también doy clases de zumba y preparo alumnos que adeudan materias del secundario. En la economía hogareña, tengo que tapar tantos huecos que mi tarjeta de crédito ya parece una galletita de agua. Hasta la semana que viene. Y un último mensaje: déjense ayudar porque si no… ¿cómo hago después para cobrarles?