“¿El confesionario del padre Carlos sigue atendiendo?”, se reían esta semana en tribunales, al ver que otra vez estaba bloqueado el quinto piso donde tiene su despacho el fiscal Carlos Stornelli y hacían fila abogados de acusados o de aquellos temerosos de serlo. El miedo de los hombres de negocios a estar presos los llevó a reconocer la “metodología” de un sistema de corrupción. Pero sus dichos dispararon la alerta en otras investigaciones que se tramitan en Py y de las que, hasta ahora, venían indemnes o piloteando la tormenta. “La ley es nueva y no hay jurisprudencia sobre cómo interpretar lo que aporta un imputado-colaborador en una causa si está investigado en otra causa –indicaron a PERFIL fuentes judiciales–. Carlos Wagner (el ex titular de la Cámara de Construcción) ya estableció cómo era el mecanismo para tener obra pública y los confesos lo están admitiendo”. Estos son algunos de los expedientes que se movieron a partir de las confesiones de los acusados en el Cuadernogate.
Enriquecimiento ilícito. Es la causa que cerró el ex juez Oyarbide, también imputado en el caso de los cuadernos. Hay un planteo de “cosa juzgada írrita” que busca conectar el crecimiento de patrimonio del matrimonio Kirchner en 2008 al dinero que movió “el club de la obra pública”.
Hidrovía. El empresario Gabriel Romero (Emepa) reconoció ante Stornelli que pagó coimas por US$ 600 mil para que le firmaran un decreto renovando la concesión de la hidrovía. Tenía falta de mérito en la causa. El fiscal Gerardo Pollicita pedirá la semana próxima la indagatoria para Cristina Kirchner y el resto de los que firmaron el decreto, como Amado Boudou.
Skanska. Tal como adelantó PERFIL, la Cámara Federal se encamina a dar vía libre a la reapertura del caso por el primer escándalo de corrupción de la era K.
Antonini Wilson. La historia de la valija con US$ 790.550 que llegó desde Venezuela en 2007 permanecía dormida, con falta de mérito para Claudio Uberti, el ex titular del Occovi que se convirtió en arrepentido. Ahora el juez Pablo Yaradarola ordenó indagar a De Vido y Ricardo Echegaray, entre otros. Encima apareció un chofer del secretario de De Vido contando que vio más bolsos con dinero que venían de Venezuela.
Asociación ilícita. Cristina Kirchner pidió que el caso de los cuadernos pase al juez Julián Ercolini, porque ya investigaba la obra pública.
Río Turbio. Las causas de los sobreprecios en la construcción de la mina y de la Central Termoeléctrica tramitan por separado, pero la Cámara Federal ya dijo que tienen que unirse. Varios de los protagonistas en cuadernos aparecen en estos dos expedientes y se entrecruzará información.
Odebrecht. Los cuadernos y las confesiones también salpican las tres causas por las coimas de la firma brasileña. Angelo Calcaterra, primo de Mauricio Macri, confesó ante Bonadio que entregó dinero al gobierno K presionado, y en la causa del soterramiento señaló esta semana que desconocía las coimas pagadas por su socia.
José López. Acusado de enriquecimiento, dijo que la plata venía de la política y que se la dieron tres desconocidos esa noche. ¿Los cuadernos lo ayudarían en su estrategia? El que se complicó fue Juan Chediek, el sucesor de Wagner y arrepentido en cuadernos, que como testigo en la causa de López fue reticente para desplegar lo que sabía sobre las empresas que cobraban antes que otras.
