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Darío Lizzano, el nombre detrás de los fondos de inversión que desembarcaron en el mercado inmobiliario local

La vida del asesor financiero del momento, sus estudios, los primeros pasos en la profesión. El mercado estadounidense y la decisión de invertir fuerte en Argentina.

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Darío Lizzano el empresario que compró los hoteles Sheraton, Park Tower y el Parque Eólico de Rawson | Cedoc

Luego de la compra de un parque eólico que pertenecía a una sociedad integrada por el Grupo Socma -la empresa de la familia presidencial-, la adquisición de la constructora de la familia Caputo, sumado a las recientes obtenciones del Hotel Sheraton y el Park Tower; el nombre de Darío Lizzano acaparó la atención junto a PointState Argentum, un fondo de inversión que él representa. Pero ¿cómo pasó de ser un hombre de Wall Street a convertirse en un factor clave para el ingreso de inversiones al país?

Dario Ezequiel nació en la Ciudad de Buenos Aires y se formó en la Escuela Técnica Otto Krause, en el barrio de Monserrat. Más tarde decidió seguir Administración de Empresas en la UCA porque “siempre tuvo la idea clara de convertirse en un asesor financiero”, según confirmaron a PERFIL fuentes cercanas a Lizzano.

Antes de finalizar sus estudios universitarios, ingresa en 1991 a Parga y Cia, una sociedad de bolsa donde fue analista, cargo que ocupó en diferentes compañías hasta convertirse en director de análisis para el Banco Rio. Casi diez años después fue “transferido” a la sede central de la entidad bancaria en EE.UU, para hacerse cargo de la dirección de análisis de Latinoamerica. Desde 2002, el especialista en Finanzas de 51 años vive junto a su esposa y sus 3 hijos en Nueva York. 

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Cinco años más tarde es convocado por Morgan & Stanley para ocupar el mismo puesto que en el Santander-Rio y, posteriormente, encargarse de los “Mercados Emergentes”, donde controló finanzas ubicadas en 24 diversas naciones. “Es como jugar en el Barcelona o el Real Madrid siendo futbolista", aseguran desde el entorno del asesor.

Mirar al sur. Lizzano se integró a PointState en 2014, tras convencer al fondo de inversión que lidera Zach Schreiber de poner la atención en Argentina. Los motivos que justificarían, para él, el ingreso de capitales fueron que Argentina se avecinaba a un punto de inflexión con mucha proyección a futuro. Sin embargo, los movimientos más resonantes salieron a la luz este año. Más allá del cambio político, “el flujo de inversión fue bastante constante... Cuando se compra una participación de una compañía privada esa negociación puede demorar meses y, a veces, años”.

Entre las compañías donde invirtió el fondo que representa Lizzano están la cementera Loma Negra; la petrolera YPF; las energéticas Transportadora de Gas del Sur, Edenor, Genneia y Pampa Energía; los bancos Galicia, Supervielle y Macro; la agropecuaria Adecco Agro; la compañía de logística Plaza Logística; la desarrolladora inmobiliaria TGLT y los hoteles Sheraton y Park Tower.

PointState Argentum, la filial de la norteamericana PointState Capital, es accionista mayoritario -tiene el 44%- de la empresa energética Genneia, que en mayo de 2017 adquirió por 40 millones de dólares el parque eólico Loma Blanca IV a Sideli SA, del Grupo Macri. Ademas tiene un 13,6% de TGLT, la compañía que adquirió la constructora Caputo S.A. en enero de 2018.

A favor y en contra. Quienes acompañaron a Lizzano en los últimos movimientos financieros aseguran que no es del círculo íntimo del presidente Mauricio Macri, pese a lo cerca que se lo muestra en diversas fotos de eventos oficiales. Se vieron en tres oportunidades. La primera vez fue en 2016, en la Quinta de Olivos donde junto al CEO de Plaza Logística -una de las empresas que invirtió el fondo Lizzano- para hablar sobre la expansión de PointState. La segunda vez fue en noviembre de 2017, cuando el jefe de Estado viajó a Nueva York. La última, de momento, fue en la inauguración del parque eólico de Rawson: Lizzano fue parte de la pequeña comitiva que recorrió el lugar con Macri.

La compra de la constructora de los Caputo generó todo tipo de inquietudes alrededor de la figura del empresario, que se aferra a un bajo perfil. “Lizzano es un hombre que compra caro, parece una persona que está muy ansiosa por adquirir empresas”, agregaron especialistas de finanzas a PERFIL, que señalaron “no es alguien que sea respetado por sus pares como experto en finanzas, más allá de las compras que hizo y de que las acciones energéticas todavía tienen un recorrido importante por delante”.